Derbi barcelonés

Luis Enrique pide «tranquilidad» y valora la autocrítica del equipo

Barça y Espanyol disputan hoy la final de la Supercopa de Catalunya en Girona

JORDI TIÓ
BARCELONA

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Barça y Espanyol se disputan hoy en Girona (21.30 horas, TV-3) la Supercopa de Catalunya, un derbi a 100 kilómetros de Barcelona que debe servir a los azulgranas como terapia tras el revolcón del Bernabéu. «Es una oportunidad de olvidar el partido anterior», dijo ayer Luis Enrique, empeñado en abstraerse de las críticas -«ni las acepto ni las dejo de aceptar, no las oigo»- que han empezado a llover tras la derrota en el clásico, un tropiezo que asume por completo. «Si hay algún culpable, soy yo», afirmó el entrenador azulgrana, que ha tenido tiempo de analizar el partido. «Tengo claro lo que sucedió», dijo, sin dar pista alguna de lo que se debe arreglar, y se mostró esperanzado por la reacción del vestuario: «Lo que me interesa es la autocrítica que hemos hecho en el cuerpo técnico y con los jugadores».

El entrenador se mostró confiado en el equipo -«estaría preocupado si hubiera visto un problema de actitud, pero no ha sido así»- y pidió «tranquilidad» porque la temporada solo ha hecho que empezar. «Estamos en la jornada nueve y vamos colíderes con el Sevilla», recordó, incidiendo también en los cambios que se han producido en la plantilla y en los nuevos mecanismos de juego que ha introducido. «Ya dijimos que este era un proceso largo y no es fácil asimilarlo todo a la vez. Habrá más momentos como este y también peores», vaticinó, aunque buscó también la parte positiva, refrendada con el primer puesto compartido en la Liga. «No todo ha tenido que ser tan desastroso».

Luis Enrique dijo estar «supermotivado» y «para nada tocado» por la derrota en Madrid, donde volvería a alinear a los mismos que saltaron al Bernabéu, «pero corrigiendo algunas cosas, claro». Lo que no admite es que el Barça no fuera fiel a su estilo: «Lo fuimos al cien por cien y también un equipo valiente, que fue a por la vitoria desde el principio», aunque admitió que el rival «llevó el juego a donde más le interesaba».

EL ESTADO DE MESSI / El preparador asturiano tampoco aclaró si Messi jugó infiltrado en el Bernabéu por una supuesta lesión que habría sufrido en el tobillo izquierdo ante el Eibar al marcar el gol. «Siempre recomiendo a los jugadores que no se infiltren, pero es una decisión que toman ellos y los médicos», dijo, después de asegurar que el argentino «estaba al cien por cien para jugar», aunque luego agregó: «Tiene algún golpe, pero ahora está mejor».

También habló de la peculiar situación de Vermaelen, el central belga que, a pesar de tener el alta médica desde hace varias semanas, sigue haciendo trabajo específico y, obviamente, sin haber jugado un solo minuto. «Es la situación normal de un futbolista que ha estado mucho tiempo lesionado. El que más sufre es él e intentamos respaldarle», explicó, en una sintonía similar con Douglas. «Está en proceso de recuperarse y no me compete decir lo que tiene, es cosa de los médicos», tratando de proteger al brasileño: «Es un jugador que nos va ayudar mucho pero hay un tiempo de adaptación».

TOQUES A MATHIEU Y MONTOYA / En cambio, no fue nada condescendiente con Mathieu, quien en un medio francés afirmó que le sorprendió jugar en el lateral en el clásico. «Lo raro es que he hubiera puesto de extremo o de punta. Puede jugar de lateral y de central, como ya hizo en el Valencia, así que si le sorprende jugar de lateral, apaga y  vámonos. Más claro no lo puedo decir», lanzó con cierta vehemencia.

También fue contundente con Montoya, suave en las formas pero muy duro en el fondo. «Hablan mis hechos y actos. Le tengo aprecio, pero las decisiones son las que son. Se está comportando de forma ejemplas aunque la situación es delicada y me fastidia. Tiene que esperar su momento si es que puede llegar», sentenció el entrenador de forma enigmática sobre el canterano, que ha desaparecido de las convocatorias y que hoy podría tener una buena oportunidad para empezar a reivindicarse de nuevo.