La jornada de Liga

Los buenos no fallan

Los azulgranas logran otra goleada de escándalo en Córdoba (0-8) y CR7 consigue un triplete redentor en Sevilla (2-3)

Cristiano Ronaldo y Leo Messi, durante el partido del Madrid en Sevilla y el del Barça en Córdoba, respectivamente

Cristiano Ronaldo y Leo Messi, durante el partido del Madrid en Sevilla y el del Barça en Córdoba, respectivamente / periodico

EMILIO PÉREZ DE ROZAS / SEVILLA

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Luego preguntan por qué esos jugadores valen tanto dinero. Por qué ganan tanto dinero. La respuesta es solo una: porque mantienen a sus equipos, porque ellos solitos ganan partidos, porque sus goles convierten en campeones, o casi, a sus equipos, porque provocan la locura en sus aficiones y porque, cuando se les requiere, cuando sus equipos los necesitan, aparecen, brillan, hacen jugar y marcan como Leo Messi en el Barça o, simplemente, se mantienen en el aire 'a lo Michael Jordan' y resuelven los partidos con cabezazos certeros, precisos y vistosos.

Es verdad que ganan barbaridades y que no tiene sentido que su precio sea de 200 millones de euros, pero Messi Cristiano Ronaldo han conseguido, con sus más de 40 goles cada uno, que la Liga española sea la única que, a falta de tres jornadas (Barça: Real Sociedad, Atlético y Deportivo; Madrid: Valencia, Espanyol y Getafe), aún puede cambiar de manos, de candidato, de dueño.

Lo que el Barça de Messi liquidó en cinco minutos, convirtiendo la goleada de Córdoba (0-8) en el quinto triunfo consecutivo hasta llevar el global a un contundente 20-0, el Madrid de CR7 necesitó de 94 minutos sacrificados, disciplinados, angustiosos, de fútbol-control y contundencia goleadora para acabar con una racha impresionante de los locales, que llevaban 34 partidos oficiales sin perder en casa.

La Liga española es, en efecto, de nuevo cosa de dos. Y lo será, probablemente, hasta que el nuevo contrato televisivo, que no entrará en vigor hasta dentro de dos años, permita a los demás clubs fichajes de relumbrón que jamás, jamás, nunca, serán como Messi o CR7.

10 minutos con 10

Si el Barça acabó devolviendo al Córdoba a Segunda --un club que tiene como presidente a un socio del Madrid llamado Carlos González--, el negro Madrid frustró una de las noches más hermosas que Sevilla entera había soñado (2-3). Porque resulta poco menos que imposible que con ese ambiente, con esa grada, con ese himno a capela y el cemento temblando en cada minuto, se pueda perder.

Pero al 'catedrático' Unai Emery se le fue la olla y permitió, después de que le partieran la nariz a Krychowiak, que su equipo jugase con 10 contra el Madrid. Consecuencia: 0-2 antes del descanso, con un vuelo y una puntita de Ronaldo, que apareció en el Sánchez Pizjuán con la peor racha goleadora en muchos años (un gol en cinco partidos).

Por más que el mejor Reyes en siglos y toda su tribu blanca lo intentaron hasta el último minuto, ese error pesó como una losa, incluso cuando los 45.000 apasionados espectadores trataron de vestirse de corto y saltar a echar una mano, o dos, o tres a su equipo (un niño salió a rematar el último córner), un conjunto que empujó hasta la misma línea de gol a un Madrid, que acabó con todo el equipo colgado del larguero de Casillas, rodeado de un montón de centrales.

La jornada empezó con un portentoso Barça, que no consiguió la goleada del siglo porque no quiso, aunque celebró igualar el 0-8 de Las Palmas (1959) o el 0-8 de Almería (2010). Un Barça que demostró que no necesita ayudas externas para recuperar el título liguero. Un Barça que, con su racha, ya ha conseguido que la distancia del líder con el último (67 puntos) sea un récord histórico en una Liga que, como la del año pasado, parece que habrá que esperar hasta el último minuto para saber quién es el campeón.