El 'Loco' se va al Lille

El Lille se ha puesto en manos de un ‘Loco’ cansado de las decepciones de las últimas temporadas. Por eso Marcelo Bielsa se sentará en el banquillo del club francés, que justo ahora batalla por no caer en la zona de descenso, de la que le separan tan solo cuatro puntos, consecuencia de una mala campaña. Con la llegada del veterano entrenador argentino, nacido en la ciudad de Messi (Rosario) hace 61 años, el Lille aspira a dejar la clase media del campeonato codearse de nuevo con la élite (Mónaco y PSG), de la que llegó a formar parte no hace mucho, aunque por poco tiempo. Y es que los aficionados del Lille tienen todavía muy vivo el recuerdo del doblete conquistado en el 2011, cuando por primera vez en su historia pudieron festejar por todo lo alto el título de Liga y el de Copa, con Rudi García en el banquillo.

"Bielsa es, sin ninguna duda, uno de los entrenadores más respetados e influyentes del mundo y haber logrado que venga al Lille es una inmensa satisfacción, una prueba de la ambición de nuestro club", explicaba feliz el catalán Marc Ingla, exvicepresidente deportivo del Barça en la era Laporta y, ahora, director general del club francés.

DESPEDIDAS 'A LA FRANCESA'

Mientras Bielsa prepara su desembarco el próximo verano (ha firmado un contrato por dos temporadas), la transición del equipo la comandará Frank Passi, exjugador del Compostela y antiguo  colaborador del técnico en el Marsella. De hecho, el Olympique ha sido el último club al que ha entrenado Bielsa, llevándolo hasta el cuarto puesto de la Liga en la temporada 2014-15 y dejándolo de forma sorprendente tras el primer partido de la siguiente campaña. Fue acabar el duelo ante el Caen en casa (0-1) y Bielsa anunció que dejaba la entidad de forma inmediata.

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No era nada nuevo porque el preparador argentino es un especialista en largarse ‘a la francesa’. Ya lo hizo en 1997 en el Atlas de Guadalajara de México, del que se largó sin dirigir un solo partido; lo mismo sucedió el año pasado en el Lazio y algo similar ocurrió en el Espanyol, en 1998, al que dirigió en los primeros seis partidos de Liga. Recibió una llamada de la selección argentina y dejó a los pericos en la estacada.

EL RECUERDO DE BILBAO

Pero más allá de sus ‘locuras’, a Bielsa se le reconoce por un fútbol ofensivo, presionante en todo el campo y sin tregua para el rival. De aquí que se haya ganado la admiración y respeto de entrenadores como Guardiola y Sampaoli. Su apuesta por el juego de ataque es una garantía de espectáculo para los aficionados, pero la exigencia física que requiere este fútbol suele exprimir a sus equipos hasta la extenuación, llegando fundidos al final de temporada. En Bilbao saben de ello como en pocos sitios: Bielsa llevó al Athletic a las finales de Copa y de Europa League del 2012, pero el equipo llegó muerto a ambas citas (3-0 ante el Barça, en el Calderón, y 3-0 ante el Atlético, en Bucarest).

"Soy partidario de un fútbol más urgente y menos paciente. Porque soy ansioso y, también, porque soy argentino", es una de las muchas sentencias que ha soltado Bielsa a lo largo de su carrera, floreciente y espectacular en sus inicios en Argentina (llevó a gloria a Newell’s, por dos veces, y una a Velez) y más modesta en Europa. Pero eso no ha importado a Gerard López, el nuevo dueño del Lille, un millonario de origen gallego, que confía en que las 'locuras' de Bielsa devuelvan el esplendor al equipo. Veremos lo que dura.