Las nuevas 'guerreras'

Las chicas del Sant Gabriel sobreviven sin dinero en la Liga mientras contribuyen con su buen fútbol y escuela de niñas a un estallido similar al baloncesto, balonmano y waterpolo

Las chicas del Sant Gabriel, de la Liga Nacional de fútbol, muestran su ilusión tras el entrenamiento del pasado jueves en Sant Adrià de Besòs.

Las chicas del Sant Gabriel, de la Liga Nacional de fútbol, muestran su ilusión tras el entrenamiento del pasado jueves en Sant Adrià de Besòs. / periodico

EMILIO PÉREZ DE ROZAS / BARCELONA

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Los que viven en la calle de Dolores Ibárruri jamás dejan de luchar. Quienes se entrenan bordeando la madrugada y están en el campo hasta las once y media de la noche nunca bajan los brazos. Quienes hacen 180 kilómetros diarios (tres chicas van y vienen de Tarragona cada día) para vivir la excelencia y compartir el buen fútbol de su equipo no merecen perder la categoría por falta de pago. Quien renuncia a todo el dinero que gana para tratar de impulsar el futuro de su club debería contar con la ayuda de los que más tienen para mantenerse en pie.

Hemos oído hablar de las guerreras de baloncesto, también de las de balonmano, waterpolo, sincro y pronto, ya mismo, pues ya están en el Mundial, oiremos hablar de las guerreras del fútbolguerreras. Y a esa explosión, ya palpable, han contribuido, sí, grandes clubs como Barça y Espanyol, pero también, de una forma admirable, el modesto Sant Gabriel de Sant Adrià de Besòs, el tercer equipo catalán en la gran Liga y el único español con nueve equipos de cantera y una escuela de fútbol femenino (¡ni el Barça tiene escuela!) donde niñas de cinco años ya se codean con los machitos.

Hasta hace nada, este modélico club, calificado la otra noche como «un bien de Dios» por Pere Escobar, entre otras razones porque es més que un club («somos una gran familia», dice Gori Peralta, el gran conseguidor de la entidad), contaba con la desprendida ayuda de Joan Llandrich, un empresario que ha enterrado miles y miles de euros en sus guerreras pero al que la crisis y, sobre todo, más de un millón de euros de impagos, le impiden seguir ayudando. «Llandrich ha sido y es el alma de este club, todo se lo debemos a él», comenta el joven míster Antonio Camacho, ya entrada la madrugada de ayer al concluir el entrenamiento. «Es más, estoy convencido de que si algún día, todos los que le deben dinero le pagan, Llandrich pondrá ese millón en el club. Es tremendo».

UN CLUB INTEGRADOR

Mientras, el Sant Gabriel, que tiene la salvación por puntos en sus manos, intenta no descender o desaparecer por falta de dinero. Y, mientras las chicas renuncian a todas las ayudas y todos buscan amigos, colegas, pequeños patrocinadores o empresarios desprendidos («con ese escudito de TV-3 que llevan los grandes, ya nos conformaríamos», dice Peralta) para cubrir los 40.000 euros que les faltan para cerrar la temporada. «Yo no soy de Sant Adrià, como muchos de los padres de las niñas y jóvenes que juegan en el Sant Gabriel, pero somos unos enamorados de esta entidad», comenta Lluís Boada, padre de una de las centrales del cadete. «Si alguien se hubiese querido inventar el Sant Gabriel, no lo hubiese conseguido. Esto es un milagro y un bien inestimable para esta zona de la ciudad tan herida. Planear el territorio no es solo hacer calles, construir plazas o hacer llegar el metro. Amar el territorio es ayudar a instituciones integradoras como el Sant Gabriel. Quien analice esta institución como un simple club de fútbol no tiene ni idea de lo que hace. Ni de la vida», añade Boada.

«Somos el Villarreal del fútbol femenino», sigue explicando Camacho, ya entrada la madrugada del viernes. El técnico recuerda que, por vez primera desde el 2007, «el 69% de las medallas en grandes eventos deportivos llevan nombre de mujer, lo que significa que el auge de las chicas es una realidad y estas guerreras, que son buenísimas, merecen el apoyo de todos».

«Sé -explica la capitana Eva Llamas- que muchos dirán: 'Pues si no pueden costearse un equipo en la Liga grande, que no lo tengan'. Pero es que este equipo es el sueño, la meta, la ilusión de todas las niñas que juegan en este club. Si alguien quiere quitarles esa ilusión, que se la quite. Nosotras no pensamos hacerlo, por eso peleamos por sobrevivir». Llamas abandona el campo del Sant Gabriel conversando con Paola Soldevila Marta Turmo «dos auténticas cracks mundiales», componentes de la selección subcampeona de Europa sub-19. Lo dicho: las guerreras que vienen.