Kilómetros de solidaridad

Miles de corredores en la edición del año pasado de la Zúrich Marató Barcelona.

Miles de corredores en la edición del año pasado de la Zúrich Marató Barcelona. / periodico

JOAN CARLES ARMENGOL / BARCELONA

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No todo es sudar y bajar la marca personal en las carreras populares. El concepto de correr en favor de personas menos favorecidas se está extendiendo como una mancha de aceite y el Zurich Marató Barcelona, que se disputará el próximo 15 de marzo, ha dado un paso más al agrupar en un solo organismo, la página web migranodearena.org, todos los proyectos de recaudar fondos que, hasta este año, estaban diseminados.

Hasta el momento son ya 31 los proyectos lanzados por los atletas para aportar su grano de arena a una multitud de causas solidarias, y a falta de 15 días para la carrera ya han recogido más de 31.000 euros. El concepto conocido como Run for charity, que comenzó en los años 80 en los países anglosajones, se está implantando también en Catalunya gracias a estas iniciativas en favor de enfermedades, carencias diversas o ayuda a otros países. Kilómetros de solidaridad recorrerán dentro de dos semanas las calles de Barcelona gracias a miles de donaciones anónimas que, a su vez, retroalimentan la voluntad de los impulsores de los proyectos.

«SUDAR POR MIS HIJOS»

La mayoría de ellos ni siquiera han corrido nunca un maratón. Pero impulsar esa colecta solidaria les ha incitado a entrenarse a fondo para acabar la carrera y dar ejemplo. «No he corrido un maratón en mi vida. Hasta los 30 años todavía hice natación o bicicleta. Hace tiempo dije que la única razón por la que correría sería por mis hijos, y así lo voy a hacer», explica Ignasi Serrahima, catalán de 45 años, residente en Madrid, que fue elegido por el programa El club de la mitjanit de Catalunya Ràdio como corredor con una buena causa. Él la tiene. «Quiero sudar porque mis hijos no pueden», reza su lema. Sus dos hijos varones, Xavi y Manuel, de 5 y 2 años, nacieron con displasia ectodérmica, una extraña enfermedad genética incurable que afecta a la piel, los dientes, las uñas, las mucosas... Y los poros. No tienen y, por tanto, no pueden sudar para equilibrar la temperatura del cuerpo. En 10 días, Serrahima ya alcanzó su objetivo de recaudar 14.800 euros (ya tiene más de 16.000), que irán a parar directamente a la asociación española de afectados de la enfermedad que tiene en la doctora murciana Encarna Guillén a su investigadora más perseverante.

Serrahima, como mucho otros corredores, quisiera saber la procedencia de los donativos, sobre todo de uno de 3.000 euros que mantiene el anonimato, como es preceptivo si así se desea. «Es emocionante», confiesa el padre de cuatro hijos. Las dos niñas no sufren la enfermedad.

También debutarán en maratón May Hellín Sergio Sánchez, dos compañeros de trabajo que tienen en común familiares con Trastorno del Espectro Autista (TEA). Noel, el hijo de 4 años de May, y Lucía y Hugo, sobrinos de Sergio, fueron diagnosticados con autismo, una realidad a veces muy extraña que ellos conocieron a fondo a través de la asociación Aprenem, a la que irán destinados los fondos recaudados. Abrieron la página CorreTEA Barcelona, pusieron el objetivo de 1.500 euros, «por poner algo», y ya llevan más de 1.600.

«Para dar a conocer esta realidad no se nos ocurrió otra cosa que correr un evento tan importante para la ciudad como este», explica May, que como entrenamiento ya ha corrido la Mitja de Granollers y el Maratest de Badalona, 30 kilómetros que acabó en 2.30 horas.

PUCURULL, UN VETERANO

«Tú respiras sin pensar, yo solo pienso en respirar». Ese es el revelador lema de la Associació Catalana de Fibrosis Quística a la que irá destinada toda la recaudación que sea capaz de reunir José Manuel Noguera, un barcelonés de 45 años que tiene una hija con esa enfermedad sin cura y degenerativa, con 1.500 variedades, que afecta a todos los aparatos vitales del organismo; en el caso de su hija, sobre todo el digestivo y el pulmonar. Noguera no estará solo. Correrá con otros tres padres con hijos afectados, y con otra docena de corredores que les ayudarán con el objetivo de acabar todos ellos la carrera.

Miquel Pucurull, un veterano corredor de 76 años (lleva 45 maratones), repite este año el proyecto en favor de los niños diabéticos (tiene una nieta que lo es) y su colaboración con el Hospital de Sant Joan de Déu. «Cuando me ven me hacen reverencias», bromea Pucurull. El año pasado les aportó 13.000 euros y este año ya ha superado el 75% de los 6.000 que se ha propuesto.