La juventud tiene esto

La juventud tiene esto, que corres el riesgo de dejarte impresionar por los nombres -y los sueldos- que se te plantan delante. Y todo lo que es frescura, alegría y precisión cualquier otro día, se convierte de pronto en inseguridad, torpeza y espesor.

Puede que tan solo un año o unos meses atrás suspiraras por un autógrafo de alguno de esos que hoy son tus rivales, o incluso tuvieras su cromo. Los nombres del Real Madrid atemorizan más que su juego. Y así ocurrió lo temido: que los mismos jugadores que habían bailado al Zaragoza o al Getafe se mostraron anoche todo menos brillantes.

Encima, hay que reconocer que el Real Madrid estuvo especialmente sólido en defensa. Quizás la expulsión deCasillasa los dos minutos de partido resultó a fin de cuentas contraproducente. Aposentaron a un montón de gente en el área -al menos a mí me parecieron un montón-, y era más complicado penetrar allí que perforar una pared de granito con un alfiler. Mientras, ellos tenían bastante conCristiano yAdebayoren la delantera para hacernos temblar. Por suerte, el togolés es todo fuerza pero, al menos ayer, afina poco. Sin quitarle mérito aKamenien un par de paradas de milagro.

La conclusión es que hemos perdido otro partido en casa, y que llevamos tres derrotas seguidas. Es una lástima, sobre todo cuando sientes que una y media de esas derrotas han sido innecesarias. Y sin embargo -sí, aún creo que hay un «sin embargo»- debemos valorar que seguimos cómodamente instalados en posiciones europeas y que para ganar en el estadio de Cornellà-El Prat hay que tener presupuestos muy altos.

Ya han pasado por aquí los tres que están más en forma que nosotros. No hay por qué perder más puntos domésticos. Estoy convencido de que a partir de ahora lo más previsible es que vuelvan los días felices que no hace tanto hemos vivido. Y creo quePaco Floresno tiene razón cuando asegura que no hay equipo para ir a Europa. A estas alturas, además, me da la impresión de que el ex míster no habla desinteresadamente cuando lo dice.