Análisis

Jugar para Xavi o jugar para Messi

MARTÍ PERARNAU

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La elección de la velocidad en vez de la pausa ha marcado las primeras seis semanas del año y, probablemente, sentenciado la Liga en favor del Madrid. ¿Ha sido una elección premeditada, técnicamente premeditada o forzada por dinámicas y lesiones? No tengo respuesta precisa, pero el diagnóstico es incontrovertible: el Barça de la pausa ha dado paso al Barça del juego vertiginoso, una característica muy madridista y nada acorde con los perfiles de la plantilla azulgrana. Conquistados los principales objetivos del primer tramo de temporada (tres títulos, pase a octavos de la Champions y triunfo liguero en el Bernabéu), el equipo dejó de jugar paraXaviy pasó a hacerlo paraMessi.

Lo que diferencia alMessidel Barça delMessi de Argentina es que en el Barça todos juegan paraXavi.Para que este mueva los hilos necesarios que permiten volcar las energías colectivas a favor del desempeño deMessi. En el Barça, el balón no va aMessi,va aXavi y este da las órdenes para que acabe en el argentino como punto final, a la hora prevista y en el lugar adecuado.Xavies el campo base de la cordada, el rellano de la escalera, la plataforma en que se catapultaMessi.En Argentina, el balón va directamente aLeosin mirar el reloj. Su rendimiento en ambos conjuntos es suficientemente dispar como para comprender la diferencia. Desde inicios de año, el Barça ha dejado de jugar paraXavi y lo ha hecho paraMessi.En ocasiones porque el de Terrassa ha sido superado por la pasión velocista deCesc, Messi, AlvesyAlexis.En otras porque ha estado ausente, quejoso del sóleo. Y en alguna más porque a su sustituto tampoco se le ha respetado como etapa intermedia. Añadamos que las bajas intermitentes deIniesta(socio deXavien la pausa) yPedro(que desbroza el camino paraMessi) han contribuido al vértigo.

La conclusión de estos 42 días es que el giro estilístico ha resultado tan desazonador como nefasto. En los resultados obtenidos, pero especialmente en el desempeño. No se puede aplicar el juego de posición como si se disputara una contrarreloj, con bandas vertiginosas, defensas que sacan sucio el balón y velocistas que aplastan a sus medios. En esa carrera ha caídoXavisepultado, maltratado el juego de posición y depauperadoMessi en una mala versión de sí mismo.

Mejor la pausa que el vértigo

Hay otras causas que explican el pesaroso enero y el sombrío febrero, pero han sido tan narradas en EL PERIÓDICO que no precisan repetirse. Personalmente me quedo con la necesidad del retorno a la orientación del juego colectivo haciaXavien tanto que peldaño intermedio en la búsqueda deMessi.Incluso si, por razones físicas o de desgaste, han de serThiagooDos Santosquienes interpreten la pausa en lugar deXavi,el gran Barça deMessijamás lo será si le busca directamente, como ocurre con la selección albiceleste. EsXavi -o su álter ego- actuando de campo base de la cordada quien construye la plataforma para el despegue del granMessi.Es la pausa y no el vértigo.