Juegos Olímpicos sudamericanos

Este año se cumplen 120 años de la restauración de los Juegos Olímpicos. Siguiendo las ideas del barón de Coubertin, Atenas recuperó en 1896 la tradición de una tregua olímpica en la que los pueblos se dedicaran a la batalla deportiva en vez de a la cruenta guerra. En esos 120 años, nunca los Juegos habían recalado en Sudamérica. Brasil, que ya organizó el Mundial de fútbol en el 2014, se ha lanzado a una aventura que desembocará en unos Juegos, los de Río (5 a 21 de agosto), que se presentan con mucha incertidumbre en el aspecto organizativo pero con muchas certezas en cuanto el nivel competitivo que va a ofrecer el inmenso ramillete de figuras que se citarán en la capital carioca.

Brasil, país inmerso en una crisis política y económica preocupante. llegará con la lengua fuera y en el último minuto a finalizar los preparativos de unos Juegos con los presupuestos recortados al máximo. La ceremonia inaugural, por ejemplo, costará 10 veces menos que la de Londres 2012. Las pruebas se repartirán en cuatro áreas (Barra de Tijuca, Deodoro, Maracaná y Copacabana) y recalarán en algunos puntos emblemáticos de la ciudad, como el propio estadio de Maracaná, el Sambódromo o la playa de Copacabana.

La entrada del golf, junto al rugbi a siete, incrementará la nómina de estrellas, que se nutrirá de nombres como los de Usain Bolt, Michael Phelps (ambos en sus últimos Juegos), Katie Ledecky, las estrellas de la NBA (encabezadas por Stephen Curry y Lebron James), Novak Djokovic, Serena Williams, Jordan Spieth, Jason Day... Y la incógnita se centrará en la presencia de los atletas rusos, sancionados por la IAAF tras probarse el dopaje sistemático de Estado.

Dos precedentes

España, en ligera recuperación económica y con más ayudas otra vez a los deportistas, acudirá a Río con la idea optimista de alcanzar de nuevo la barrera de las 20 medallas, cosa que solo ha sucedido dos veces. La primera, al calor de los Juegos de Barcelona-92, con esos 22 podios que dejaron en el olvido las raquíticas cuatro medallas de Seúl-88; la segunda, en Atenas 2004, edición que en realidad se cerró con 19 metales. Pero la posterior descalificación de un medallista en peso aupó a Manolo Martínez del cuarto al tercer puesto en la sede sagrada de Olimpia.

«Calculamos de 18 a 20 medallas, más que las 17 de Londres 2012», asegura Miguel Cardenal, secretario de Estado para el Deporte. El CSD maneja datos mejorados, en Europeos y Mundiales, respecto a anteriores ciclos olímpicos, y confía en la pléyade de figuras individuales que se mantienen en la cima de sus respectivas modalidades. Se ha retirado el cuádruple medallista David Cal (piragüismo), es cierto, pero la punta de lanza del deporte español es potente.

De los medallistas de Londres se mantienen en primera línea los campeones Joel González (taekwondo) y Marina Alabau (vela), los medallistas de plata de entonces Mireia Belmonte (natación), Javier Gómez Noya (triatlón) y Maider Unda (lucha), y los bronces Maialen Chourraut (piragüismo) y las chicas de la sincronizada, aunque en su caso aún debe superar el preolímpico del mes de marzo en Río para clasificarse en dúo y equipos.

Además, en los últimos cuatro años se han consolidado nuevos nombres que darán que hablar, encabezados por la doble campeona mundial y número 1 del ranking de bádminton, Carolina Marín. Miguel Ángel López llegará con el aval del título mundial de 20 kilómetros marcha (Ruth Beitia hará su último intento en altura), y el gimnasta de origen dominicano Rayderley Zapata, con el bronce en suelo. La tiradora al plato Fátima Gálvez es campeona del mundo, la chicas de rítmica se llevaron el bronce en el concurso completo del último Mundial, y España ha clasificado también al equipos de saltos de hípica y al barco señero de K-4 en piragüismo. Nadal y Muguruza tienen serias opciones en tenis, como Valverde, Contador y Purito Rodríguez en ciclismo.

Los hermanos Gasol liderarán al básquet, que llega como campeón de Europa, las guerreras del balonmano ya están clasificadas y en hockey hierba se han metido los dos equipos. El fútbol será el gran ausente. El waterpolo debe ganarse la plaza en el primer semestre, con más opciones para las chicas de Miki Oca, que defienden la plata de Londres 2012.