ENTREVISTA

Jorge Lorenzo: "El Rey también temió que Marc y Dani me pasaran"

Jorge Lorenzo se cuelga la medalla de campeón en la gala de Valencia.

Jorge Lorenzo se cuelga la medalla de campeón en la gala de Valencia.

EMILIO PÉREZ DE ROZAS

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Lástima que no puedan escuchar su voz. El timbre de voz de ayer de Jorge Lorenzo (Palma de Mallorca, 4 mayo de 1987), flamante tricampeón del mundo de MotoGP, era tremendo. Fue una noche tremenda, sí.

-Voz de felicidad absoluta.

--Bueno, no crea, a veces esta voz también es fruto de desgracia, de dolor, de mala suerte, de tristeza. Pero, sí, está voz es fruto de una inmensa felicidad. De todos los míos, de todos.

-¿Y cuando se ha despertado?

-He dormido muy poco, apenas dos horas, así que, cuando me he levantado, me ha costado saber dónde estaba. Solo cuando me he sentado en la cama de mi motorhome me he dado cuenta de que estaba en el circuito y he querido seguir celebrando la conquista con los míos, en seguida.

-Habrá soñado, digo yo, no sé.

-No suelo acordarme de mis sueños, si es que sueño, que no lo tengo muy claro. Lo que sí sé es que ha valido la pena dormir poco para seguir celebrando el título con los míos. Ha sido un año muy sufrido, duro, muy trabajado, con bastante mala suerte, que hemos ido superando.

-Fue el mejor domingo de su vida.

-Fue un grandioso domingo para todos, espero que también para la afición. ¿El mejor?, no sé. Tengo la suerte de ser piloto, un auténtico privilegiado y, en ese sentido, cada día doy gracias cuando me levanto, esté o no de buen humor, de lo afortunado que soy. Esta profesión te ofrece días maravillosos y días horribles. Las primeras conquistas siempre son inolvidables. La primera vez es la primera vez. Pero este título, por emoción, drama y no saber lo que iba a pasar hasta la última curva, ha sido el mejor, el más emocionante y el que mejor he disfrutado, pues ya tengo 28 años. Y he llorado mucho, mucho.

-¿Se siente feliz por haber empatado a títulos con Wayne Gardner, Kenny Roberts y Ayrton Senna?

-Uno, de pequeño, tiene sus ídolos y, mira, ya tengo los mismos títulos que ellos. Ellos me inspiraron, especialmente Senna, con lecturas, películas, vídeos y, sí, es un orgullo para estar a su altura en títulos grandes.

-También le encanta ser campeón con Valentino Rossi, Casey Stoner y Marc Márquez en pista.

-Ellos son para mí los mejores pilotos del siglo XXI. Vale porque es el más veterano; Casey porque tiene mi edad y Marc porque es el joven que llega y arrasa. Ves, esas conquistas no las tendrá Marc, a no ser que Casey regrese, que creo que no.

-Max Biaggi, su amigo, ha estado con usted ¿en qué le ha ayudado?

-Tengo una estupenda relación con Max. Él me ayuda, como otros, como Alex Debón, que me ayudó cuando corría en 250cc o como Sete Gibernau, que desde que me lesioné el otro día en su casa, me va preguntando cosas y me hace comentarios. Todos ellos, y mucha más gente, mi familia, mis amigos, mi equipo, Yamaha, han puesto su granito de arena en esta conquista maravillosa.

-¿Tanta mala suerte ha tenido?

-Cuando tienes una carrera larga, de muchos años, te pueden pasar muchas cosas. En el 2010, no me pasó nada de nada; en el 2012, solo un incidente con Álvaro Bautista, en Assen, que perdí muchos puntos. A veces, se caen tus rivales y te facilitan las cosas. Pero este año se han acumulado un montón de desastres, todos, por suerte, superados: el casco en Catar, la gripe en Argentina y la lluvia en tres domingos donde, en seco, éramos los más rápidos. Y Vale, por el contrario, ha sido veloz, regular, constante y frío.

-Un Mundial muy movidito.

-A mi siempre me ha gustado, desde dentro y desde fuera, entre pilotos y aficiones, un motociclismo con respeto, mucho respeto. Tal vez este ruido haya hecho que se hable más de nosotros, pero yo prefiero la paz y el respeto entre nosotros.

-¿Cree que Valentino Rossi se ha equivocado en los últimos meses?

-Valentino es un gran campeón, una leyenda por lo que ha ganado y por lo que ha hecho por nuestro deporte pero, sí, creo que en Malasia cometió algún error que le ha podido costar el campeonato.

-¿Se siente un justo campeón?

-Por supuesto, lo dicen los números, mi velocidad, los puntos, mis triunfos, mis vueltas de líder, todo. Esto es como la Liga, tras 38 partidos, el campeón siempre es el mejor.

-Se puede correr, vivir, sin hablarte con tu compañero de box.

-Los pilotos solo piensan en hacer su trabajo y en ganar, ganar y ganar. Nada más. Sí, todo eso se puede conseguir sin hablar con tu compañero de box, aunque es mejor tener una buena relación, pero cuando son dos campeones, como Vale y yo, que quieren seguir ganando, no es fácil, para nadie, aunque espero que el año que viene esto se arregle. Sabía que tras lo ocurrido en Malasia, la tensión aumentaría y así fue.

-Menudo abrazo le dio al Rey.

-Sí, lo siento, me pasé un poco, fue, tal vez, ¿demasiado efusivo?, no sé, le pedí disculpas, pero el Rey lo entendió. Estaba aún emocionado de la vuelta de honor, muy tensionado y le di un achuchón muy fuerte. Él me comentó que había tenido miedo de que Marc y Dani me pasaran al final, en la última vuelta, y perdiese el título. Estaba muy preocupado. Yo le dije que Marc y Dani también tenían problemas de neumáticos y que mis acelerones les impedían llegar a la curva con posibilidades de apurar la frenada y pasarme.

-¿Pudo oír la moto de Pedrosa?

-Oí las dos Honda, oí las dos Honda en las 30 vueltas. Cuando se acercó Dani al final, pensé 'no, por favor, Dani no, por favor'. Y apreté con todas mis fuerzas. Y, lo puedo decir, en la última vuelta metí el alma en cada curva y cuando crucé la meta y la bandera a cuadros cayó sobre mi moto, no me lo podía creer, ¡era la última vuelta! y yo ni me había enterado, creí que aún quedaban una o dos más. El triunfo me cayó encima sin yo enterarme, fue maravilloso.

-¿Qué es lo que más ha aprendido?

-A tenerlo todo controlado, de lo contrario no ganas. El año pasado descuidé mi preparación física y lo pagué muy caro. Un día leí una frase a Mick Doohan que solo entendí de mayor: lo difícil, tras ganar, es mantener la motivación para seguir ganando. Los hay que ganan, como le ocurrió a Rocky Balboa, y bajan la guardia. Yo espero seguir motivándome para seguir ganando.

-¿Lloró mucho en su vuelta de honor mientras la gente le aplaudía?

-Yo nunca lloro. O lloro muy poco, con alguna canción, con algún recuerdo familiar. Pero el domingo, al cruzar la meta, me puse a llorar como un niño, sobre todo cuando Kike me dió la bandera de España.

-¿Qué canción escuchó en parrilla?

-Linkin Park, un grupo californiano de metal-rock. Me da energia.