Jordi Bertomeu: "La nueva Euroliga llevará el básquet a otro nivel"

"Es la única manera de que el baloncesto europeo crezca frente al empuje de la NBA", dice el director ejecutivo del torneo en una entrevista con EL PERIÓDICO

Jordi Bertomeu, director ejecutivo de la Euroliga, posa en su despacho en la sede del organismo, en Barcelona.

Jordi Bertomeu, director ejecutivo de la Euroliga, posa en su despacho en la sede del organismo, en Barcelona. / periodico

LUIS MENDIOLA / BARCELONA

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Un nuevo formato (16 equipos, todos contra todos), un acuerdo con la multinacional del deporte IMG que supondrá una inversión de unos 800 millones de euros en 10 años. Jordi Bertomeu desvela, en una entrevista con EL PERIÓDICO, las claves de la nueva Euroliga que se pone en marcha la próxima temporada.

-¿Qué supone para el básquet europeo el proyecto de la Euroliga?

-Creo que es un salto solo comparable al que se dio en el año 2000. Sitúa al baloncesto en un escenario que ningún otro deporte de equipo había alcanzado en Europa, que es crear una liga europea. Y eso va  acompañada del acuerdo con  una empresa como IMG,  líder en el sector, que valora el proyecto y hará una fuerte inversión económica.

-¿Usted ha llegado a calificarlo de momento histórico?

-Para nosotros supone un salto exponencial, un salto espectacular en la historia evolutiva del deporte. Sencillamente pone el baloncesto a otro nivel y lo sitúa como referencia para otros deportes en Europa.

-Es la competición que soñaron cuando arrancaron en el año 2000?

-El nombre desde el inicio fue Euroliga. Todos teníamos esa visión. Pero no todos lo veíamos cercano en el tiempo. Al final, no tenemos los derechos ni nos atribuimos la paternidad de la idea. Eso ya se había discutido antes. Pero sí la paternidad de la ejecución. El estar en el momento histórico. La toma de decisión.

-El proyecto ¿supone para la Euroliga crear  su propia NBA?

-Así como el fútbol no tiene otro referente que el fútbol europeo, en el básquet existe uno a nivel mundial que es la NBA. Nosotros la vemos como un modelo de referencia, pero mantenemos aquellos valores que para el deporte europeo son esenciales. Mantener la parte competitiva, ganar o perder, el drama. Eso no lo a podemos perder. Entonces vamos a un modelo de Liga NBA, adaptado a la cultura y a los valores de Europa.

-La mayoría de las críticas inciden en el modelo cerrado de competición, que va en contra del espíritu del deporte europeo.

-No se puede hablar de liga cerrada  cuando 5 de las 16 plazas cambian cada año. Hay algunas puertas por abajo que dejan vías de acceso. El campeón de la Eurocup se clasifica y eso da opción a 24 equipos para entrar en la Euroliga del año siguiente. Habrá ocho ligas más que llegarán a una fase clasificatoria. Si en la Liga de fútbol, por ejemplo, bajan 3 de 20, no puede hablarse de cerrado, como en la ACB, donde bajan 2 de 18. En la Euroliga, tampoco cabe esa valoración.

-¿Tener 11 plazas otorgadas de 16, no es una concesión excesiva a los intereses económicos de los clubs?

-La Euroliga es una organización que tiene unas reglas aprobadas por los propios clubs, según las cuales hay clubs con contratos de larga duración. No se le puede decir al Barça o al Olympiacos, por poner un ejemplo, que no van a estar porque tienen un contrato y les ampara todo el derecho. Además, las reglas han confirmado que el criterio previo de elección era bueno, porque esos 11 clubs acaparan en torno al 90% de los títulos europeos y  de presencias en finales.

-La FIBA les había propuesto un modelo de competición compartido. ¿Deja el acuerdo un escenario de enfrentamiento con la FIBA?

-Ellos tantearon a los clubs y estos les han dicho que prefieren otro modelo. Pero los clubs también creen que hay mucho margen para incorporar a FIBA, y para que muchos de los principios que querían aplicar  en su propuesta quepan. Tenemos otra reunión en diciembre y ahora nos toca a nosotros explicarles el modelo. Nunca he visto cambios que no aporten resistencia. Lo que  no tiene sentido, ni económica ni deportivamente, es que haya varias competiciones a la vez en Europa.

-¿Ve una salida negociada? 

-Es que no veo un plan B. Nos tenemos que poner de acuerdo a la fuerza. Y todo el mundo tendrá que entender que debe ceder cosas. Los clubs marcaron sus líneas rojas y no están dispuestos a ceder el control de su competición. La clave es que los clubs deciden porque al final son los que toman el máximo riesgo económico y ahora han decidido que quieren hacer una liga europea.  Dicho eso, hay muchas cosas para trabajar con FIBA, temas pendientes en que nos podemos ayudar.

-La ACB es crítica con la nueva competición.

-Estoy sorprendido. La ACB fue hace cuatro semanas a Ginebra y en esa reunión la FIBA les explicó su propuesta de Euroliga, que era sustancialmente peor para la ACB que la nuestra. El señor Roca volvió y no hizo ningún comentario negativo sobre la propuesta y, en cambio, nos encontramos que en la nuestra todo parece negativo. Tenemos que hablar y nos entenderemos. Pero la propuesta de la FIBA obligaba a la AC B a reducir a 16 o 14 clubs, no clasificaba al campeón de la Liga ACB de forma directa. Tenía un calendario peor y la ACB no dijo nada. Me cuesta entenderlo.

-El modelo es la última frontera, la barrera frenar el empuje y el dominio de la NBA?

-Es la única manera que el baloncesto europeo crezca. O cogemos músculo, o cada vez se hará más pequeño. Y eso no será bueno ni para el básquet europeo, ni para la propia NBA, que quiere más talento. Nosotros no competimos con la NBA ni en el mercado de televisión ni en otros aspectos económicos. Competimos en el mercado de jugadores. Así que lo que tenemos que conseguir que los jugadores tengan un proyecto interesante, porque es imposible que ganen el dinero que ganan allí. Que jugar la Euroliga les dé un plus, suponga un prestigio.