UNA LEYENDA DE LA EUROLIGA

Jasikevicius, un ídolo en el banquillo

El lituano regresa al Palau Blaugrana, donde dejó huella, como nuevo técnico del Zalgiris - «Me siento preparado y sin ninguna presión», afirma sobre su etapa recién estrenada

Jasikevicius, la semana pasada, dirigiendo al Zalgiris en la derrota ante el CSKA:

Jasikevicius, la semana pasada, dirigiendo al Zalgiris en la derrota ante el CSKA: / periodico

LUIS MENDIOLA / BARCELONA

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Si como jugador Sarunas Jasikevicius (Kaunas, 5 de marzo de 1976) proyectó una carrera única, algunas de sus reflexiones como entrenador anticipan también una andadura singular en los banquillos. «Los buenos jugadores siempre ganan a un buen entrenador. Al final, los que deciden son los jugadores. Lo tengo clarísimo. Pero también tengo claro que un entrenador puede aportar mucho si dedica tiempo a preparar bien los partidos», suelta como uno de los axiomas de su nueva etapa en una charla con EL PERIÓDICO antes de visitar este viernes el Palau Blaugrana.

Hace apenas año y medio, Jasikevicius aún apuraba sus últimos días como jugador. Así que se hará extraño verle dando órdenes desde la banda del Palau, donde es un ídolo. Pero era la evolución natural. Por su talento y su facilidad para leer el juego, virtudes con las que construyó una carrera de leyenda en BarcelonaTel-Aviv y Atenas (cuatro títulos de Euroliga, tres consecutivos). La destitución en enero de Kaprikas, del que era ayudante, solo ha acelerado su entrada en escena. Así que Saras, padre de dos niños (Aila Sarunas), llegará al Palau en los primeros pasos de un contrato firmado con el equipo de Kaunas hasta el 2018.

«Puede decirse que no es el mejor momento por la situación del equipo, por la salida del entrenador [Kaprikas], por el grupo del Top 16  realmente exigente y por la marcha del base titular [Kalnietis], lo que nos ha hecho mucho daño. Pero estábamos en una dinámica muy mala y este es un negocio en el que, por desgracia, nunca se sabe lo que puede pasar», cuenta, dispuesto a asumir el reto con todas las consecuencias. «Me siento preparado y sin ninguna presión. Este año y medio como segundo me ha servido para ver lo que funciona. Estoy disfrutando y tan metido en esta profesión como cuando era jugador», afirma con ilusión.

La visita a Barcelona le motiva («tengo ganas de saludar a los amigos, será especial, como siempre») pero ante todo tiene la cabeza en los asuntos del Zalgiris, y en recuperar la solidez del equipo, que ha sufrido dos duras derrotas ante el Khimki y el CSKA de Moscú.

MÁXIMA INTENSIDAD

«¿Sabe qué? A mí no me importa perder. Pero hay que dar el máximo y en algunos momentos no lo hemos hecho. Como en estos últimos partidos. Mi trabajo ahora está centrado en enseñar que mi máximo y el de los jugadores ahora mismo es diferente. Para eso está el video. Para enseñárselo. Y en eso estamos, en trabajar duro, en cambiar hábitos…», reflexiona y expone sus razones: «En el baloncesto de altísimo nivel tenemos que hablar de intensidad. Y las tácticas vienen después. Pero si no luchas al máximo no hay nada que hacer», añade.

A pesar del mal balance del Zalgiris, Jasikevicius no está preocupado por la clasificación. «No es lo importante ahora», dice. Lo es pulir los pequeños detalles que marcan las diferencias en un grupo que califica de «brutal» por el nivel que se ha visto, del que le sorprende el nivel altísimo del Bamberg de Alemania y el Laboral Kutxa.

«Vamos a ver si somos capaces de ganar en una pista como el Palau. El Barça está bien en la Liga, pero con problemas en el Top 16 y todos los rivales pueden perder. Debemos ser valientes y solo así tendremos opciones. Solo hemos sido capaces de jugar bien frente al Olympiacos. Lo primero es que el equipo juegue al límite y luego aprovechar lo bueno de cada jugador, porque tenemos muchos que pueden aportar», sentencia.