PROBLEMAS INTERNOS EN EL RIVAL EUROPEO

La jaqueca de Ballack

La estrella del Leverkusen, suplente y criticado por su rendimiento, se lesionó ayer

Preocupación 8 Ballack se lamenta ante el Stuttgart, el pasado día 4.

Preocupación 8 Ballack se lamenta ante el Stuttgart, el pasado día 4.

JOAN DOMÈNECH
BARCELONA

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Debía ser el hombre que diera el plus de experiencia a un equipo joven, que le dotara del saber estar indispensable para las grandes citas, que aportara ese punto de calidad que decanta un partido, que atrajera como reclamo publicitario a las grandes marcas. Un futbolista para partidos como el de mañana ante el Barça. Pero Michael Ballack se ha convertido en un quebradero de cabeza para el Bayer Leverkusen. Una jaqueca que no hay aspirina que cure.

Ballack, 35 años, 14 títulos conquistados, 98 veces internacional con Alemania, no ha sido el báculo en el que pudieran apoyarse los jóvenes. Robin Dutt, el entrenador, le ha quitado la titularidad y la directiva se arrepentiente de haberle recuperado hace año y medio tras dejar el Chelsea. La esperanza de que renaciera el día más indicado, mañana, se desvaneció. El club alemán comunicó que el centrocampista sufrió un desgarro en un gemelo y no jugará la ida. Tenía ya muy pocas posibilidades de hacerlo.

«De Ballack esperábamos más a nivel deportivo y seguro que él esperaba más de sí mismo»,explicó la pasada semana Wolfgang Holzhauser, el presidente del Bayer.«Debería pensar si su comportamiento es para el bien del club. Rudi Völler(el director deportivo)y yo hablamos con él, pero desgraciadamente sin éxito»,añadió el dirigente, confesando su decepción con la estrella, atribuyéndole indirectamente la irregular marcha del equipo. Eliminado de la Copa, sexto en la Bundesliga (a 16 puntos del líder), y a 10 puntos del tercero para volver a la Champions, el Leverkusen se mide con el Barça sin Sam ni Derdiyok, ni tampoco Ballack, víctima de unainoportunalesión.

Un gafe

Suplente en los últimos encuentros del Bayer, Ballack no se movió del banquillo el sábado en la derrota (1-0) ante el Borussia Dortmund. No porque Dutt le reservara para la cita frente al Barça, sino porque ha dejado de esperar al excapitán de Alemania, uno de los mejores futbolistas de la última década.

A tres meses del final de temporada y de su contrato, Ballack parece un caso perdido que acabará en el fútbol estadounidense. Se retirará con un gran palmarés, pero con la anecdótica tacha de ser gafe, como confirma la lesión de ayer. Perdió un Mundial (2002) cuya final no jugó por tarjetas y una Eurocopa (2008) y cayó derrotado en dos finales de Champions (2002, con el Leverkusen, y 2008, con el Chelsea), además de ver escapar una Bundesliga, también en el funesto 2002, cuando a aquel Leverkusen le valía el empate con un rival ya descendido para ser campeón.