NECROLÓGICA PUGILÍSTICA

Muere el boxeador Jake LaMotta, el personaje que inspiró 'Toro salvaje'

Robert De Niro recreó su vida, llena de violencia dentro y fuera del 'ring'

Jake LaMotta, durante uno de sus combates.

Jake LaMotta, durante uno de sus combates.

RICARDO MIR DE FRANCIA / WASHINGTON

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Para las nuevas generaciones fue el hombre que inspiró ‘Toro salvaje’, aquella obra maestra del cine dirigida por Martin Scorsese y protagonizada por Robert de Niro, que ganó un Óscar por su trabajo. Para los sabios del noble arte fue el boxeador del mentón de acero, capaz de soportar tempestades sin venirse abajo. Sus combates épicos contra Sugar Ray Robinson marcaron una época. Y su actitud de matón pendenciero dentro y fuera del ring, donde llevó una existencia turbulenta, acabaron de moldear su leyenda. Ha muerto Jake LaMotta, al que muchos conocían simplemente como el ‘toro del Bronx”. Tenía 95 años y un título de campeón del mundo de los pesos medios que mantuvo entre 1949 y 1951.

LaMotta ha fallecido en una residencia de ancianos de Miami tras sufrir complicaciones por una neumonía, según ha confirmado su familia. “Era un gran hombre, dulce, sensible, fuerte, persuasivo y con un gran sentido del humor, con unos ojos que bailaron hasta el final”, ha dicho su mujer, Denise Baker. Hijo de inmigrantes italianos afincados en el Bronx, LaMotta tuvo que aprender a sobrevivir desde muy joven. Su padre le obligaba a zurrarse con los chavales del barrio para solaz de los mayores y, con lo que sacaba en las apuestas, pagaba el alquiler del piso. De la calle se fue al reformatorio, donde aprendió la técnica del boxeo, y en 1941, después de que el Ejército le cerrara las puertas por una lesión en el oído, se estrenó como profesional.

Un año después libró el primero de sus combates contra Sugar Ray. Solo ganó uno, pero aquella rivalidad dejó momentos antológicos, como la llamada Masacre del Día de San Valentín (1951), en la que LaMotta perdió el título de los pesos medios conquistado dos años antes contra el francés, Marcel Cedan. En un estadio abarrotado en Chicago, el neoyorkino empezó plantando cara, pero acabó ensangrentado y casi ciego tras recibir una paliza mayúscula. A 13 segundos del final del último asalto, el juez detuvo la pelea a pesar de que LaMotta no llegó a caer sobre la lona.

Tras 109 combates, con 89 victorias, una treintena de ellas por nocaut, colgó los guantes en 1954. Fuera del ring, abrió bares, se reinventó como cómico y actuó en una quincena de películas. No sin varios contratiempos, como los varios meses que pasó en la cárcel tras ser condenado por proxenetismo de una menor, una acusación que siempre negó. En 1970 publicó sus memorias, ‘Raging Bull: My Story’ (Toro salvaje, mi historia), el libro que inspiró la película de Scorsese, estrenada una década después. “Cuando vi la película, me enfadé”, dijo años después. “Pensé que daba una imagen mala de mí, pero luego comprendí que era cierta. Yo era así. Fui un bastardo impresentable”.

LaMotta se dedicó a entrenar personalmente a DeNiro y no permitió que comenzara el rodaje hasta que pensó que el actor sabía lo suficiente del boxeo para ofrecer una imagen fidedigna en la pantalla.