Isidre Esteve, nuestro héroe del Dakar-2017
El piloto catalán, parapléjico tras un accidente de moto, ha acabado 35º de la general y certificado que su 'cojin inteligente' funciona
Emilio Pérez de Rozas
Periodista
Licenciado en Ciencias de la Información por la UAB. Hijo de Carlos Pérez de Rozas, sobrino de Kike y Manolo Pérez de Rozas, integrantes de una auténtica saga de fotoperiodistas. Trabajó en Diario de Barcelona, fundador de El Periódico de Catalunya en 1978 también formó parte de la redacción en Catalunya del diario El País. Colaborador del diario deportivo Sport y vinculado al departamento de Deportes de la cadena COPE, que dirige Paco González. Emilio suele completar muchas de sus informaciones con sus propias fotos, en recuerdo a lo aprendido junto a su padre y tíos.
EMILIO PÉREZ DE ROZAS
Dicen que el Dakar, más el antiguo Dakar que éste, crea auténticos héroes. Muchos de ellos, o casi todos ellos, anónimos. Uno de los tipos más duros del mundo, Isidre Esteve, el que fuera uno de los atletas, deportistas y pilotos más fuertes que ha dado el motociclismo español, se ha especializado, desde que se quedó paralizado de las dos piernas, en demostrar al mundo que, con voluntad, sacrificio, entrenamiento, determinación y, por supuesto, ayuda de los demás se pueden seguir cumpliendo los sueños.
El Dakar que ha terminado este fin de semana en Buenos Aires y en el que Esteve, un piloto que estaba llamado a ser el auténtico campeonísimo durante alguna década, ha visto cumplido su sueño, acabar en el puesto 35º de la general, tras cientos de horas al volante de su Mitsubishi Proto automático, ha servido también para contrastar y poner a punto un invento que facilitará la vida a muchos conductores y pilotos, el cojin inteligente.
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LAS PRIMERAS ÚLCERAS
La vida ha llevado al límite a este ilerdense que iba para ganador en moto del Dakar hasta que un desafortunado accidente, en la Baja Almanzora 2007, le produjo una lesión medular, irrecuperable. En 2009, Esteve, de 44 años, regresó a la prueba en coche, pero con tan mala fortuna que, tras estar 20 horas diarias en el coche, se produjo dos úlceras por presión en los glúteos, que le dejaron más de un año sin poder sentarse. “Hace algunos años pensé que no volvería al Dakar”, explica el piloto catalán, que, en compañía de su inseprable compañera Lidia Guerrero, siguió peleando para encontrar remedio a esa tortura, que era vivir sin poder competir al más alto nivel por culpa del asiento.
Y así fue como surgió el cojín inteligente, desarrollado en colaboración con Vall de Hebrón y el Centro de Alto Rendimiento de San Cugat. “Y hoy estamos aquí –cuenta Esteve desde su hotel en Buenos Aires-- porque hemos hecho las cosas bien. Estoy impresionado porque he vuelto a disfrutar de algo que es mi pasión, mi vida”, asegura con el orgullo de haber conseguido otra cima en su dura trayectoria tras aquel maldito accidente.
NACE EL COJÍN INTELIGENTE
Para llegar hasta aquí, Esteve ha tenido que recorrer un largo camino que se inició con el desarrollo y las sucesivas evoluciones de su curioso, tecnológico, moderno y sofisticado asiento, una innovación que le permitió regresar a las carreras y volver a sentirse piloto sin tener que preocuparse del estado de su piel. Y no le fue nada mal: en 2013 y 2014 logró el título de Buggys del Campeonato de España de Rallyes TT y, en 2014, añadió el subcampeonato absoluto, un éxito sin precedentes para el deporte español.
La Fundación Isidre Esteve creó un cojín Inteligente para evitar úlceras en pacientes con lesiones medulares. El nuevo cojín mejoraba los prototipos existentes hasta el momento, que tenían limitado su uso a un máximo de ocho horas. Gracias a su mecanismo de inflado y desinflado automático, que hace variar las presiones según la zona, el cojín asegura la relajación y el buen estado de la piel, por lo que Esteve puede permanecer sentado en el backet, manejando el volante, durante 16 horas sin necesidad de descansar. Un ordenador hace que la presión sea siempre la misma o varíe según el posicionamiento del piloto.
“La mejor noticia es que mi piel está bien después de tantas horas y días de carrera, pero no por mí, no, sino porque hemos demostrado, en la carrera más dura del mundo, que el cojín inteligente es un éxito y eficaz”, cuenta Esteve, desde la capital de Argentia. “El cojín me ha permitido encarar este proyecto deportivo sin preocuparme por la salud y centrándome tan sólo en hacer un buen papel junto a mi copiloto Txema Villalobos, que ha sido clave. También hay que destacar la gran labor de todo el equipo de mecánicos de DKR Raid Service, ARC-Racing y Miracar. Sin ellos no hubiera podido acabar este Dakar”, comenta el piloto de Oliana.
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ASÍ FUNCIONA EL INVENTO
Esteve quiere agradecer a todos los que le han ayudado a cumplir su sueño, que no solo era acabar el Dakar en una posición digna, pese a pilotar solo con medio cuerpo, sino a completar con éxito el proyecto del cojín inteligente. Y, en ese sentido, agradece a KH-7,Repsol, Onyx Seguros, Hospital de la Vall d’Hebrón, Centre d’Alt Rendiment de Sant Cugat, DOGA y Antonio Mengíbar, ya no digamos a Lidia y mi fisio Miguel Ángel Cos, todo lo que ha hecho por mí durante todos estos meses”.
Pero, ¿qué hace a este cojín tan especial? Tiene unos alveolos de aire con un sistema electrónico que regula la presión del aire por zonas. La base del cojín está distribuida en ocho zonas diferenciadas por colores y está dotado de electroválvulas y un software para personalizarlo a las necesidades de cada persona.
Estos alveolos generan un movimiento constante que favorece la irrigación sanguínea y trabaja la mínima presión para evitar las úlceras de piel que padecen las personas con lesiones medulares. El cojín se regula automáticamente para detectar la altitud en la que se encuentra, lo que viene bien para las etapas que discurrirán en el altiplano boliviano, entre 4.000 y 4.500 metros.
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