POLÉMICA CON LAS TITULACIONES

Me gusta ser entrenador

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JOAN MARIA
GAVALDÁ

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Curiosamente en el mismo año, 1971, comencé mi preparación académica en las dos pasiones de mi vida: arquitectura y baloncesto. Ambas me han acompañado más de 40 años y debo decir que con mucho cariño. Poder dedicarme, incluso profesionalmente, tantos años a ámbitos tan emocionantes y pasionales es un lujo que jamás hubiese soñado.

Mi profesor en mi primer curso de entrenador fue clave: en ese curso y gracias a él descubrí que además de ser muy divertido botar, pasar, tirar, defender, también lo era enseñar a botar, a pasar, a tirar, a defender. ¡Qué gran descubrimiento! Gracias Joan Tena Triviño, en la parte del cielo que estés. Me gusta ser entrenador. Y lo seguiré siendo. Los entrenadores somos formadores, para el deporte y para la vida. Los padres nos dejan a sus hijos unas horas cada semana para que complementemos su formación y educación. Esto es impagable. Desde el punto de vista deportivo, como social. Para ello se nos pide una titulación y la conseguimos. Incluso muchos estamos en formación continua, leyendo artículos y libros, asistiendo a seminarios, actualizando conocimientos. Nuestras titulaciones son de gran nivel y permiten que seamos considerados de los más preparados en el sector deportivo. Para ser sincero, no conozco a ningún entrenador que se haya puesto ante el ordenador,  haya diseñado un diploma de titulación auto-producido, lo haya impreso y se haya puesto a entrenar. Eso no existe.

En cambio, conozco a miles que han puesto esfuerzo en asistir a los cursos, estudiar las materias, examinarse, ser aptos en las calificaciones, cumplir con el exigente número de horas de prácticas necesarias posteriormente, y todo ello con gran inversión personal y económica. Les conozco, respeto y admiro.

Sí, soy entrenador y lo seguiré siendo. Pero no quiero ser un privilegiado por tener títulos de antes de 1999. Mis compañeros titulados entre 1999 y el 2014 tienen los mismos derechos y deberes que yo. Si en algo se diferencian de mí es en que los cursos de estos años están mucho mas avanzados que en épocas anteriores, con todo tipo de mejoras y sobre todo con más exigencias, por tanto seguro que salen mas preparados que yo.

¿Y ahora se nos pide más? ¿No es suficiente que hayamos formado una cantidad importante de jugadoras y jugadores? ¿No es suficiente el éxito en competiciones locales, autonómicas, nacionales e internacionales? ¿No es suficiente la gran demanda de nuestros entrenadores que hay desde los cinco continentes? ¡Será porque están todos muy bien preparados! Incluso por encima de la media internacional. Vaya desde estas humildes líneas, mi innegociable y total apoyo para los entrenadores de baloncesto.