FICHAJE POLÉMICO

"¡Güiza, muérete!"

Güiza posa con la camiseta del Cádiz, en su presentación en las instalaciones del estadio Ramón de Carranza

Güiza posa con la camiseta del Cádiz, en su presentación en las instalaciones del estadio Ramón de Carranza / periodico

RAÚL PANIAGUA / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Pocas cosas le quedaban por hacer a Dani Güiza (Jerez, 17-8-1980) para acabar de confirmar la locura de su trayectoria en los últimos años. Después de deambular por Malasia (Darul Takzin) y Paraguay (en el Cerro Porteño), el veterano delantero se ha atrevido a fichar por el Cádiz, el club al que menospreció sin reparos en el 2007. "Jamás me pondría esa camiseta", proclamó entonces. A punto de cumplir los 35 años, ha cambiado de opinión. Pero la afición cadista no le perdona.

Tiene mérito tener en contra a toda una provincia. Güiza lo ha logrado. En Jerez, su tierra natal, se sienten traicionados. En Cádiz, claman contra su fichaje, decisión del presidente Manuel Vizcaíno y el técnico Claudio Barragán. Este sábado se agolparon decenas de hinchas para recibirle con todo tipo de insultos. "¡Güiza, muérete, Güiza, muérete!" fue el cántico favorito. "¡Perro, besa el escudo!" también tuvo mucho éxito. Pocas aficiones tienen más sentimiento que la del cuadro amarillo, que juega en Segunda B.

Campeón de Europa

A los cadistas no les importa el currículo del último 'pichichi' español (en la temporada 2007-08 con el Mallorca), Bota de Plata campeón de la Eurocopa con España en Viena. Luis Aragonés lo utilizó en los cuartos, la semifinal y la final. También jugó en el filial del Barça (2002-03) y estuvo a punto de reforzar a los azulgranas con la llegada de Pep Guardiola, pero acabó marchándose al Fenerbahce. Antes había jugado en el Ciudad de Murcia de Juanma Lillo. Un trotamundos de libro con tanto gol como mala cabeza que, por ejemplo, metió dos tantos al Barça de Frank Rijkaard en la remontada del Getafe en la Copa del 2007.

Nada de eso importa a los cadistas, empezando por la peña Brigadas Amarillas, una de las más célebres del club. "Güiza ha dañado cada uno de los corazones que laten de amarillo. Nos ha insultado, nos ha deseado el mal, se ha reído de nosotros. No es cuestión del lugar de nacimiento, ya que grandes jugadores, incluso insignias de nuestro glorioso club, han nacido esa misma localidad [Kiko Narváez, por ejemplo, es jerezano también ]. Nuestro orgullo se ha visto herido por él y no vamos a tolerar que vista nuestra camiseta". El ariete, nada más firmar, se intentó disculpar: "Pido perdón al cadismo. Dije muchas tonterías. En la vida todos nos equivocamos".

Torrente y la Bermúdez

Güiza apareció en el Carranza con un aspecto más decente que el viernes, cuando pasó la revisión con una barba más propia de un yihadista que de un futbolista. "Me afeité un poco, parecía Bin Laden", bromeó el delantero en una tensa jornada. El aforismo que sentencia que el hombre es esclavo de sus palabras y dueño de sus silencios va a perseguir a un jugador que solo podrá convencer al público con goles. "Le silbaré todos los partidos, del minuto 1 al 90", proclamó un hincha.

El punta se esforzó para justificar sus palabras. "Era joven e inmaduro. He aprendido muchas cosas. Ya he madurado", insistió Güiza, nacido en una barriada de chabolas donde no acabó ni la EGB (fue expulsado del colegio). "A veces tengo la sensación de que ha dormido en la calle", bromeó Bernd Schuster cuando le entrenó en el Getafe. Con Torrente como "actor y película favoritos", también triunfó en televisión por su romance con Nuria Bermúdez, su expareja y exrepresentante, que dejó una frase para la historia: "A mi hijo le pones cinco futbolistas delante y sabe quién es su padre. A Güiza le pones delante a cinco niños y no sabe quién es su hijo".