EL EUROPEO FEMENINO DE BALONMANO

Guerreras emigrantes

Euforia 8 Las jugadoras españolas celebran su pase a la final en Budapest.

Euforia 8 Las jugadoras españolas celebran su pase a la final en Budapest.

ROGER PASCUAL / BARCELONA

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Silvia Navarro metió, con una actuación colosal bajo los palos, a España en la gran final del Europeo femenino. La generación de oro del balonmano español se ha asegurado ya otra medalla que añadir a la plata europea (2008) y los bronces mundialista (2011) y olímpico (2012). La crisis económica que sacude al balonmano español empujó al exilio a la mayoría de las guerreras de Jorge Dueñas. Desperdigadas por media Europa, intentarán erigirse esta tarde en Budapest (18 horas, TVE-1) en las reinas del continente ante Noruega, su verdugo en la final del 2008.

De las seis supervivientes de aquella plata histórica (Carmen Martín, Bea Fernández, Marta Mangué, Macarena Aguilar, Eli Chávez y Eli Pinedo) solo la última juega en la Liga española. De hecho, diez de las 16 internacionales son emigrantes. Once se marcharon en un negro 2012 en el que la luz del bronce olímpico contrastaba con los problemas económicos de la Liga doméstica. El Itxako, el equipo que más jugadoras había aportado al combinado español en Londres y que había enlazado cuatro Ligas entre 2009 y 2012, desaparecería un año después.

Pequeña gran veterana

Silvia Navarro, portera de aquel histórico conjunto navarro que fue subcampeón de Europa en el 2011, se marchó tras el bronce olímpico a Rumanía, aunque regresó la pasada temporada para fichar por el Remudas canario. Camino de los 36 años, esta menuda guardameta valenciana (la más pequeña del campeonato con 1,69 oficiales) sigue sin haber perdido sus reflejos felinos como demostró el viernes ante Montenegro, vigente campeona.

«Contra Noruega tenemos que rozar la perfección», asegura la portera, que estuvo sublime en semifinales con 19 paradas (13 en la primera mitad). España necesitará que vuelve a brillar para doblegar a la campeona olímpica y subcampeona continental. En el choque de la segunda fase del campeonato ya mantuvieron el pulso igualado hasta los últimos cinco minutos, antes del arreón final de las noruegas (26-29). «Cada partido es distinto, pero no podemos engañarnos. Noruega ha ganado prácticamente todo. Va a ser un partido complicado. Pero será una recompensa poder estar en una final y hay que disfrutarlo. Vamos a ver si podemos quitarnos la espinita de Noruega que la tenemos grabada fuego». Y es que, además de derrotarlas en la final del 2008, Noruega también ha eliminado a las guerreras en los Mundiales del 2009 y el 2011.

La victoria en el partido de hoy, además de valer el oro continental y de desprender el dulce sabor de la revancha, tendría el premio adicional del billete para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.