Guardiola: "Todavía no estoy muerto, me queda una bala"

A Pep Guardiola le quedan días al frente del Bayern, y se nota. Según se acerca el momento de su marcha al Manchester City, prosperan los juicios a su etapa en Alemania y arrecian las críticas (aunque no le han faltado en estos tres años en Múnich, sobre todo internas). Este sábado podría sellar el título de la Bundesliga, lo que hace aún más importante la vuelta de semifinales de la <strong>Champions </strong>del martes. Si cae eliminado, el último mes puede ser un infierno. Guardiola no quiere ser el pato cojo, como se conoce al presidente de Estados Unidos cuando está a punto de acabar su segundo mandato y ya no pinta nada en la Casa Blanca porque todos miran hacia los aspirantes a nuevos inquilinos.

El técnico de Santpedor sabe que ante el Atlético se juega mucho más que meter al Bayern en su 11ª final de Champions, sino que en el aire está la valoración final a su trienio alemán, y por eso se reivindicó este viernes: «Todo el mundo me ha matado, pero todavía no estoy muerto. Nos queda un partido, me queda una bala. La semana que viere, si pierdo, podéis matarme, pero todavía tengo una oportunidad».

A POR EL TRES DE TRES

La Bundesliga, con 7 puntos de ventaja a falta de 3 jornadas, está sentenciada. Por eso hará rotaciones este sábado (15.30 horas) contra el Mönchengladbach, quinto clasificado que lucha por mantener la plaza europea. Un «partido peligroso» a juicio del técnico porque el rival es «dinámico y uno de los más incómodos» de la Bundesliga. Si el Bayern gana (en el partido número 100 de Guardiola en la Bundesliga) será campeón. También si el Dortmund pincha a la misma hora contra el Wolfsburgo. Antes o después, conseguirá un pleno: tres años en Alemania y tres Bundesligas al zurrón. Pero no basta.

«UNA EXPERIENCIA ACOJONANTE»

«En Alemania he vivido una experiencia vital acojonante. Soy incapaz de ganar el triplete cada año, no estoy tan preparado como para ganar la Champions cada año. Pero me lo he pasado muy bien y me lo pasaré muy bien las semanas que me quedan», advirtió el técnico a la prensa alemana, muy crítica esta semana, sobre todo por la suplencia de Müller y Ribéry ante el Atlético. «No os podéis imaginar lo feliz que soy en estas situaciones. Estamos bien posicionados para ganar la liga, estamos en la final de Copa... No os podéis imaginar como estoy de contento por el rendimiento en el juego de mi equipo en Madrid», recalcó.

El técnico aseguró estar «lleno de energía» para afrontar una semana vital y sobre todo para recibir al Atlético. «Aún tenemos 90 minutos. Y ya hemos demostrado que podemos conseguir algo así», recordó el entrenador, que no quiere verse apeado por tercera vez consecutiva por un equipo español en semifinales de la Champions.

"POR NÚMEROS, ESTOY ARRIBA DE TODO"

Eso le costaría aún más críticas, aunque el míster recordó que los números demuestran que su apuesta futbolística, aunque sea cuestionada en la pragmática Alemania, es rentable: «No me hablen del estilo, del camino, porque si hablamos de números, estoy arriba de todo. Quiero jugar para ganar. Y nadie puede discutir mis ocho años de entrenador, lo siento».