OLIMPISMO

Un grupo de ciudadanos de Tokio denuncian altos niveles de radiación en varias instalaciones olímpicas

Algunas infraestructuras cuadruplican el límite recomendado, según las lecturas realizadas por 92 residentes con sus propios dosímetros

Jacques Rogge, presidente del COI, anuncia la sede de los Juegos Olímpicos del 2020, Tokio, el 7 de septiembre en Buenos Aires

Jacques Rogge, presidente del COI, anuncia la sede de los Juegos Olímpicos del 2020, Tokio, el 7 de septiembre en Buenos Aires / periodico

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"El nivel de radiación de Tokio es comparable al de Londres, París y Nueva York, y también al de Buenos Aires", aseguró hace un mes el presidente del Comité Olímpico Japonés, Tsunekazu Takeda, para minimizar el 'efecto Fukushinma' antes de la elección de la sede de los JJOO del 2020. Y tan contundente frase pareció convencer a los miembros del COI, que el pasado 7 de septiembre eligieron a la capital nipona por delante de Estambul y Madrid.

Pero ahora un grupo de tokiotas han echado por tierra las palabras de sus representantes al denunciar la existencia de altos niveles de radiación en varias de las principales instalaciones olímpicas, según ha revelado el diario 'Asahi Shimbun'. El colectivo, formado por 92 ciudadanos anónimos y liderado por Takehiko Tsukushi, de 70 años, realizó mediciones con sus propios aparatos durante 14 días de abril y mayo en nueve puntos de la ciudad y los datos no dejan lugar a dudas.

El Estadio de Yamenoshida, que acogerá las pruebas de hípica, presentó el mayor nivel de radiación: hasta 0,484 microsievert por hora (mSv/h) a una altura de cinco centímetros del suelo, muy por encima de los cerca de 0,11 mSv/h del límite recomendado. Pero también se hallaron niveles superiores a lo permitido en el Gimnasio Metropolitano de Tokio, en el céntrico barrio de Shibuya, y en el Estadio de Yoyogi, cercano al popular barrio de Harajuku, entre otras instalaciones.

Por "responsabilidad moral"

"Los datos demuestran que los materiales radiactivos se han extendido por toda la región de Kanto [en la que se ubica Tokio] y creemos que hay más puntos con lecturas altas en esa amplia zona", detalla al diario Tsukushi, que creó el grupo tras el accidente nuclear registrado en Fukushima en el 2011 con el objetivo de proteger a los niños de su barrio.

La idea de inspeccionar las sedes olímpicas nació ante la sospecha de que el Gobierno japonés y el de Tokio no estaban informando "ni a los atletas ni al mundo" de la realidad que se vive en la capital nipona. "Siento que es nuestra responsabilidad moral como ciudadanos llevar a cabo lecturas y presentar los datos a la gente, sin importar si apoyan o no el proyecto olímpico de Tokio", añade.

Sin respuesta del COI

Para evitar errores, estos desinteresados ciudadanos realizaron hasta tres mediciones en cada uno de los puntos a diversas alturas, entre cinco centímetros y un metro del suelo, área en la que más se concentra la radiación. Los resultados los recogieron en un informe en francés e inglés que enviaron a Jacques Rogge, ahora expresidente del COI, y a otros 200 comités olímpicos nacionales. Todavía no han obtenido respuesta.

El Gobierno de Tokio realiza controles periódicos en numerosos puntos de la ciudad. De momento no ha informado de niveles que excedan sus estándares para proceder a la descontaminación, establecidos en 0,23 mSv/h.