Media entrada en el Estadi Olímpic

Goles contra el frío

Catalunya barre a Honduras (4-0) en el segundo amistoso que menos público ha congregado

Coro, Bojan, Busquets y Puyol escuchan los himnos en presencia de numerosas banderas independentistas, ayer en Montjuïc.

Coro, Bojan, Busquets y Puyol escuchan los himnos en presencia de numerosas banderas independentistas, ayer en Montjuïc.

ROGER PASCUAL
BARCELONA

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once años después, Catalunya volvió al Estadi Lluís Companys. La última vez, Johan Cruyff y 43.699 espectadores vieron cómo Catalunya, con Pep Guardiola en el campo, ganaba 1-0 a Yugoslavia. Muchas cosas han cambiado desde aquel 23 de diciembre de 1999. Guardiola colgó las botas para convertirse en el entrenador más reverenciado del planeta; Cruyff aparcó su retiro y ayer dirigió su segundo partido con la selecció; el país balcánico ya no existe y hasta Kosovo, espejo en el que muchos independentistas catalanes quieren reflejarse, es independiente. En cambio, para desgracia de la mayoría de asistentes ayer, ni Catalunya ni su selección han conseguido todavía reconocimiento internacional. Por eso siguen teniendo que conformarse con celebrar victorias en amistosos como el de ayer contra Honduras (4-0).

Fuera por esto, por la sentencia del Estatut, por la poca entidad del rival, por el palo que a más de uno le daba subir a la montaña mágica con el frío que hacía ayer en Barcelona o por una mezcla de todos estos factores, pero Catalunya solo arrastró a 28.150 espectadores al Estadi Olímpic Lluís Companys, 15.000 menos que hace 11 años y la segunda asistencia más baja de los 16 amistosos que ha disputado hasta ahora. Una cifra solo superada por el fiasco del 2006 en el Olímpic de Terrasa contra Costa Rica (8.155). Además, al haber solo cuatro taquillas habilitadas, muchos de los que llegaron a última hora se marcharon por donde habían venido al ver que las colas apenas avanzaban.

CRUYFF, CON FILOSOFÍA / Cruyff, que se mostró muy crítico hace un año cuando la Argentina de Maradona solo llenó algo más de medio Camp Nou (53.000 espectadores), prefirió tomárselo con filosofía al ver que esta vez solo habían llenado medio estadio Olímpic: «Se puede estar satisfecho. Mejor que las gradas estén llenas que vacías».

El presidente de la Federación Catalana de Fútbol, Jordi Casals, intentó poner al mal tiempo buena cara: «Que 28.000 personas quieran ver a Catalunya un 28 de diciembre y con este frío es algo muy favorable y demuestra que la gente quiere a nuestra selección». Sobre la idoneidad de la elección de Honduras como contrincante, apuntó que en estos partidos lo de menos es quien sea el oponente. «La gente tiene que venir a ver a la selecció, no al rival. Esta vez no hemos podido traer a una selección de las primeras, pero Honduras es mundialista». Casals aseguró que, pese a las dificultades, iban a seguir trabajando para poder competir internacionalmente.

Deportivamente, el único aliciente que tenía el encuentro era ver si Catalunya era capaz de superar el 2-0 que había logrado España ante el cuadro hondureño en el Mundial de Suráfrica. En este sentido no hay duda posible: misión cumplida porque dobló el número de goles.

CORO, COMO EN CASA / Un año y medio después de que el Espanyol se mudara a Cornellà-El Prat, los colores blanquiazules volvieron a lucir en la Curva del estadio Olímpic, esta vez para animar al equipo visitante, Honduras. Pero a Coro volver a jugar en el estadio en el que mejores tardes había vivido y el blanquiazul de la grada pareció motivarle. El delantero perico, que solo ha marcado un gol en su nueva casa y que esta temporada solo ha jugado seis minutos, abrió el marcador segundos después de que en las pantallas se proyectara el último espot de la Plataforma Pro Seleccions Esportives Catalanes.

Cesc Fàbregas, que se había impuesto apenas 24 horas antes con el Arsenal el duelo londinense ante el Chelsea, comentó en su twitter que estaba siguiendo el encuentro con interés a través de la señal internacional de TV-3.

Arnau (Málaga), Fernando Navarro (Sevilla), Bruno y Jordi Alba (Valencia), Codina y Víctor Sánchez (Getafe), Crusat (Almería), Capdevila (Villarreal) y Moisés Hurtado (Olympiakos), a los que sus equipos no les dejaron jugar, tuvieron que recurrir a las televisiones, radios, redes sociales o diarios electrónicos para enterarse de cómo Sergio García y Bojan (bigoleador y el más aclamado por los fieles que plantaron cara al frío) acabaron de redondear la goleada contra el rival, el calendario, el frío y los elementos.