PAUL GASCOIGNE

Fútbol, whisky y coca

El exfutbolista inglés, en el Estadio Olímpico de Roma a finales del 2012.

El exfutbolista inglés, en el Estadio Olímpico de Roma a finales del 2012.

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Lo tenía todo para ser un héroe eterno en Inglaterra, pero nunca supo controlar sus excesos. Acabada la gloria del balón se refugió definitivamente en sus vicios. Si Paul Gascoigne (Gateshead, 1967) sigue vivo es de milagro. Solo así se puede calificar la supervivencia de un hombre que llegó a tomar cuatro botellas de whisky y 16 rayas de cocaína por día. Una animalada.

«Durante cuatro meses no probé el agua ni la comida. Lo único que consumía era whisky». La confesión dio la vuelta al mundo en noviembre del 2011. La revelación en una televisión inglesa acabó con una reflexión contundente: «Si vuelvo a beber, terminaré en un cajón». Pero Gazza, el héroe de la selección de Inglaterra del Mundial de 1990, volvió a beber. El alcohol es favorito en la batalla.

SIETE INGRESOS / La antigua estrella sigue ahora un programa de rehabilitación intensiva en Southampton, con un coste de 7.500 euros al mes. Se trata, al menos, del séptimo ingreso en una clínica profesional para obtener ayuda. El más sonado fue hace un año, cuando estuvo al borde de la muerte en una clínica de Arizona.

Dejó el hospital de EEUU y volvió a los líos que siempre le han acompañado, incluida la agresión a su exmujer, a la que destrozó la cara, o la pelea con Liam Gallagher, cantante del grupo Oasis. En la prensa inglesa se llegó a pedir desesperadamente a los bares que no le dieran de beber, pero Gascoigne sigue el camino de George Best, Garrincha y Sócrates, que acabaron en la caja por la bebida. RAÚL PANIAGUA