El fútbol, contra Blatter

Blatter realiza el discurso de apertura del 65º Congreso de la FIFA.

Blatter realiza el discurso de apertura del 65º Congreso de la FIFA. / periodico

JOAN DOMÈNECH / BARCELONA

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Un escándalo sin precedentes sacude al mundo del fútbol y el máximo mandatorio de este deporte (y último responsable por ser el presidente de la organización acusada de corrupción masiva) sigue su camino, desoyendo las demandas de dimisión. Al día siguiente de que fueran detenidos dos vicepresidentes de la FIFA y otros 12 ejecutivos y directivos, acusados por la justicia de EEUU de 47 cargos (fraude, sobornos, blanqueo de dinero, conspiración, evasión de capitales...), Joseph Blatter se limitó a decir que «hay una sombra sobre el fútbol».

Las voces reclamando la dimisión del presidente de la FIFA, que hoy aspira a la reelección, no hicieron más que subir de volumen tras escuchar el discurso del dirigente en la apertura del 65º Congreso de la entidad. Michel Platini, el presidente de la UEFA, pidió personalmente a Blatter que abandonara el cargo y renunciara al quinto mandato. Este se negó, apelando a su responsabilidad como líder de la FIFA para dirigir la lucha contra la corrupción.

El Príncipe de Jordania

Platini adelantó que las federaciones europeas (53 con derecho a voto, más Gibraltar, que no lo tiene) empezaban a decantarse por Ali Bin Al-Hussein, príncipe de Jordania y el otro aspirante a la presidencia en las elecciones de hoy. La base electoral son las 209 federaciones afiliadas. África tiene 54 votos, Asia, 46; CONCACAF (América del Norte y Central y el Caribe), 35; Sudamérica, 10, y Oceanía, 11.

Blatter admitió la existencia de una confabulación. Pero consideró que la FIFA era la víctima, no la promotora de esa red de corrupción que la fiscal general de EEUU, Loretta Lynch, calificó de «descarada, sistemática y profundamente enraizada» en la FIFA, por la que los 14 acusados acabaron repartiéndose unos 129 millones de euros de sobornos.

El COI, solidario

«Sé que muchas personas me consideran el último responsable, pero no puedo controlar a todos todo el tiempo. Si la gente quiere hacer algo malo, lo intentará y tratará de ocultarlo», sostuvo Blatter en su discurso inaugural. El presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, acudió para testimoniar su apoyo en lo que Blatter definió como «un punto de inflexión para recuperar la confianza perdida». El dirigente insistió en que «no hay lugar para la corrupción». Sin embargo, no hubo alusiones ni acusaciones directas a los 14 acusados de haber tejido una sólida y tupida red de cobro y pago de sobornos. La fiscalía suiza apuntó que abrirá una investigación, paralela a la de EEUU, para examinar si hubo ilegalidades en las elecciones de Rusia y Catar para albergar los Mundiales del 2018 y el 2022. La fiscalía argentina también denunciara a sus tres ciudadanos acusados.

«No podemos permitir que la reputación de la FIFA sea arrastrada por el barro por más tiempo», lamentó Blatter, tras conocer que algunos patrocinadores empezaban a estudiar la cancelación de los contratos. A sus oídos también llegaron voces de mandatarios políticos reclamando que abandonara el cargo que ostenta desde 1998. No obstante, orientó su discurso a «la familia del fútbol» reclamando su cooperación y un comportamiento «responsable y ético» después de que la redada del miércoles trajera «la vergüenza y la humillación al fútbol». Pero ninguna dimisión.