LA GRAN DÉCADA BLANQUIAZUL

Fútbol de bota negra

Portada del libro  RCDE 80's. Estampas de una década inolvidable', de Francesc Via.

Portada del libro RCDE 80's. Estampas de una década inolvidable', de Francesc Via. / periodico

JUAN TERRATS / BARCELONA

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Sus primeros recuerdos de un partido del Espanyol en el desaparecido Sarrià datan de marzo de 1982. Aquel domingo el cuadro blanquiazul ganó al Las Palmas por 2-1, con goles de Orlando Giménez Rafa MarañónFrancesc Vía, de 46 años, ha querida darse un baño de nostalgia comentando las imágenes de aquellos futbolistas y entrenadores que estuvieron en el Espanyol de los 80. Vía, que se define como «un nostálgico», ha escrito RCDE 80’S, Estampas de una década inolvidable, editado por La Grada Ediciones, S.L. Este aficionado del Gol Sur de Sarrià, buceó por los archivos del diario en busca de fotográfías de aquellos años. Tuvo que seleccionar imágenes para el libro entre más de 3.000. «Espero que este libro sirva para que los seguidores más jóvenes del Espanyol sepan algo más de sus raíces», afirma Vía, que habla de las sensaciones de aquel estadio. «Olías a puro, a césped, olías a cosas que han desaparecido en Cornellà. Ir a aquel estadio era una aventura», comenta el autor del libro.

Fue una década de grandes recuerdos, sobre todo con aquel equipo que llegó a la final de la UEFA en 1988. «El Espanyol se convirtió durante unos meses en el primer equipo de Barcelona», dice Vía. Eran tiempos en los que el socio podía soñar con ganar a los grandes. Y por el libro pasan los protagonistas. MagureguiAzkargortaClemente Juanjo, el artífice del regreso a Primera en 1990Nkono, y Pineda, disfrazado de Napoléon (Eric Cantona y él escribieron al Espanyol ofreciendo sus servicios cuando aún jugaban en el fútbol base del Auxerre)-, y Lauridsen, y Valverde, y Urruti, y Custers, que hace un reportaje para un derbi junto al hijo de Quini. Y Canito.Y Gabino -«tengo menos fondo que una lata de anchoas»-. Y aquel equipo que maravilló a Europa y llenó las gradas de Sarrià. Un grupo de amigos que eran capaces de tomar unas cañitas y unas gambas al ajillo horas antes de debutar -y ganar- ante el Borussia en Alemania.

Marañón, el goleador. Y Archibald, el punta de los goles a 500.000 pesetas. Y Golo. Y Patón. E Iñaki. Y Arabí. Y Diego Orejuela, el mejor capitán. Y Pepe Guijarro. Y el desaparecido Wuttke. Y todos luciendo botas negras. «He querido reivindicar aquel fútbol que se ha perdido. Ahora solo es un espectáculo concebido para verlo por televisión», destaca Vía, que se hizo perico en las gradas del Gol Sur.