TOUR DE FRANCIA

Comienza la 'era Froome'

Los corredores circulan por la orilla del Sena, con la Torre Eiffel al fondo

Los corredores circulan por la orilla del Sena, con la Torre Eiffel al fondo / periodico

SERGI LÓPEZ-EGEA / París (Enviado especial)

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La noche deParís ha sido amarilla y así se ha tintado también la iluminación delArco del Triunfo este domingo, con el mismo color que han pintado las letras de los coches del equipo Sky. Los ciclistas, conChris Froome a la cabeza, han girado por primera vez por el colosal monumento parisino en la última etapa delTour de las 100 ediciones, que se ha disputado al atardecer y que se ha llevado Marcel Kittel, el mejor esprínter (ha ganado cuatro etapas).

Nadie tiene dudas de que ha empezado una nueva era en el ciclismo. YFroome, un británico nacido en Kenia hace 28 años, es el abanderado, el corredor que se puede incorporar a la selecta lista de una carrera maravillosa y que ha convertido en mitos a ciclistas comoCoppi, Bobet, Anquetil, Merckx, HinaulteInduráin.Y como lo era hasta hace unos meses el ahora innombrable. "Sabía que para mí era un reto importante conquistar el jersey amarillo tras el suceso deArmstrong.A mí también me decepcionó porque yo empecé a enamorarme de esta carrera en los años de su dominio. Requerirá tiempo. Pero yo tengo la ocasión de demostrar a la gente que el ciclismo se ha transformado".

Froome, de amarillo, brillando en la noche de París, buen escalador, estupendo contrarrelojista, triunfando, mientras queAlberto Contador vive en una encrucijada --de hecho,ha decidido acabar la temporada en París y no correrá la Vuelta--, a la espera de queNairo Quintana se haga mayor, y ante los felices ojos dePurito Rodríguez, en suestupenda tercera plaza del podio. Ya pudo ganar el Tour hace un año; más fuerte, mucho más queBradley Wiggins, compañero pero no amigo, al que pudo dejar en cualquier cima con un sencillo soplo, pero le frenaron, lo ataron, lo amarraron...

En los Pirineos 2012, mientrasAlejandro Valverde (una vez más totalmente gafado con la ronda francesa) triunfaba en Peyragudes, aFroome le dio por atacar a 'Wiggo'. Fue el divorcio, el principio del fin deWiggins, ahora desaparecido en combate y con un futuro totalmente distinto al deFroome: la incertidumbe de uno y la seguridad del otro. "El Tour es la cumbre para un ciclista. A mí me gustaría volver cada año y ganar en París. El reto me gusta. Prepararme como he hecho este año. Pero no me preguntéis cuántos Tours puedo ganar".

Un ciclista humano

De amarillo ha llegado a la mejor avenida ciclista del mundo, ante miles de aficionados y ante los ojos de muchos corredores, viejos ídolos, invitados con motivo de las 100 ediciones. Y lo ha hecho, bienvenido sea, demostrando que es humano, no un superhombre invencible, que nunca da su brazo a torcer, porque enAlpe d'Huez se atascó muerto de hambre y porque enSemnoz, el último día, le dolieron demasiado las piernas y ya tuvo suficiente trabajo con seguir el ritmo marcado en la ascensión al principio porPuritoy al final porQuintana.

La luz va instalada en el manillar deFroome. "Tengo muchos años de ciclismo por lo que seguiré buscando la victoria en París", mientras que Contador lucha por volver a iluminar su carrera (este domingo solo ha subido al podio con sus compañeros delSaxo, como mejor equipo de la prueba) tras enojar, y mucho, aFroome por atacarle en los descensos.