LA JORNADA DE LIGA

El Espanyol cosecha un triste empate para estrenar la era Chen

El equipo blanquiazul deja escapar dos puntos en el minuto 88 ante el Villarreal y se hipoteca para el Bernabéu

Los jugadores del Villarreal felicitan a Trigueros por su gol al Espanyol en Cornellà.

Los jugadores del Villarreal felicitan a Trigueros por su gol al Espanyol en Cornellà. / periodico

JOSÉ MARÍA EXPÓSITO / CORNELLÀ DE LLOBREGAT

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No se pudo estrenar con victoria el presidente Chen Yansheng. El Espanyol se adelantó dos veces al Villarreal, pero otras tantas permitió igualar a un rival que a punto estuvo de ver truncada su racha de siete partidos invicto, de la misma forma que el Espanyol estuvo a punto de ganar por primera vez en ocho encuentros. Pero un córner muy mal defendido en el minuto 88 provocó que dos valiosos puntos volaran de Cornellà, de donde los pericos salieron con importantes heridas de guerra cara al partido del Bernabéu del próximo domingo.

A Madrid viajará el Espanyol con urgencias tras sumar solo dos puntos de los últimos 15 pero sin Burgui ni Marco Asensio, vetados por contrato por el conjunto blanco, Víctor Álvarez, que vio la quinta amarilla, ni Gerard Moreno, expulsado por protestar. Caicedo, además, se retiró por un pinchazo antes del descanso, y aunque no parece que sea grave también hay que estar atento a su posible marcha. O a la de Mamadou, su relevo natural. No es el mejor panorama para enfrentarse a un equipo que en Cornellà ganó por 0-6 y que está en su mejor momento. 

6º GOL DE CAICEDO

Pintan bastos para el Espanyol a corto plazo, y eso que el partido se le puso de cara a los tres minutos, cuando un hipermotivado Caicedo se cocinó el 1-0. El delantero ecuatoriano arrancó con potencia (y ayudándose con la mano) ante la pasividad de Bruno y Trigueros. Bailly no se atrevió a tocarle por miedo a ser expulsado. Areola vio cómo su disparo raso se iba a la red. Felipao dedicó su sexto tanto a su mujer, embarazada, y el estadio coreó su nombre, reclamando que no se vaya.

El "ganar como sea" pronunciado por Constantin Galca en la previa, combinado con el gol, daba a sus jugadores permiso para no llevar el peso del partido. Bakambu hizo temblar el larguero en una jugada invalidada por fuera de juego y el Espanyol respondió al contragolpe con un pase de la muerte de Asensio que casi aprovecha Caicedo.

Una fase de intercambio de golpes que desembocó en el 1-1. Con un soberbio taconazo,  Soldado dejó  a Trigueros entrando en carrera en el área. Jordán había perdido su marca y a los centrales no les dio tiempo a corregir. Pau tampoco pudo hacer nada (m. 24). La reacción pudo ser inmediata, pero el trallazo de Burgui se estrelló en el palo.

El Villarreal tenía más posesión, pero las ocasiones se sucedían en las dos porterías. Pau le ganó un mano a mano a Bakambu y Caicedo fue derribado por Bailly en el área tras un quiebro que evidenció las carencias del exdefensa perico. Empujón a Caicedo y penalti (y quizá expulsión) no señalados por el árbitro.

El cabreo del RCDE Stadium duró varios minutos, hasta que Gerard Moreno anotó el 2-1. Burgui, que estaba jugando sus mejores minutos, desbordó por la banda izquierda y puso el balón en el área pequeña, donde el exjugador del Villarreal se adelantó a Bailly (sustituido al descanso) y con un sutil toque con la derecha batió a Areola (m. 40).

Como en la casa del pobre la felicidad nunca puede ser completa, tras el gol se lesionó Caicedo, que no pudo acabar la primera mitad. En la segunda, las ocasiones fueron para el Espanyol. Marco Asensio, Gerard Moreno y Víctor Álvarez (que entró por Burgui en un inusual cambio defensivo) tuvieron el 3-1 en sus botas. No atinaron y a falta de dos minutos, en un córner muy mal defendido, Musacchio remató solo en el segundo palo. Tras él estaba Bakambu, también sin marca (m. 88).

Los jugadores del Espanyol corrieron a protestar al asistente, que ciertamente se quedó quieto esperando instrucciones del colegiado. Diop había acabado por los suelos, pero no hubo falta de los delanteros y sí un despiste que costó dos puntos, y unas protestas al árbitro que dejaron al equipo con una seria hipoteca para el Bernabéu.

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