el animal fue sacrificado

Una entrenadora se suicida tras ver morir a su potro

La estadounidense Snowden no pudo soportar el dolor que le produjo el sacrificio de su prometedor ejemplar

Monique Snowden y uno de sus ejemplares.

Monique Snowden y uno de sus ejemplares. / periodico

JOSÉ I. CASTELLÓ / BARCELONA

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La historia de las carreras de caballos no siempre está tejida de laureles y triunfos. La muerte también está presente a través de accidentes o, incluso, como en el cine, de sórdidas apuestas. Pero nunca a través de historias tan tremendas como esta, que ha acabado con el suicidio de la entrenadora estadounidense Monique Snowden, de 37 añosdespués de tener que sacrificar a su potro cuando éste se lesionó irreversiblemente en su última carrera para ella.

SNOWDEN SE TIRÓ DE UN PUENTE

Ocurrió el pasado domingo en el condado de King (Washington), y hasta ayer no se hizo público lo que todo el mundo imaginaba: Monique Snowden se suicidó sobre las 23.30 horas, arrojándose desde un puente  al río Green, todo porque no pudo soportar apenas ocho horas antes la muerte de su potro más querido.

La joven entrenadora decidió que The Chilli Man, como así se llamaba el caballo, debía correr el domingo en el hipódromo de Emerald Downs, en la que iba a ser su última carrera antes de pasar a otros dueños. Resulta que el potro acababa de ser vendido por una importante suma de dinero, pero ella quería hacerlo correr sabedora del riesgo que suponía una lesión para su venta.

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La cuestión es que The Chilli Man dio un mal paso a mitad de carrera y unos metros después su jinete lo paraba bruscamente. Los veterinarios, tras examinarlo, certificaban una fractura irreversible en su pata delantera derecha que obligaba a practicarle la eutanasia en la misma pista. “Cuando mi esposa vio que lo sacrificaban no hubo forma de consolarla. Estaba hundida. Yo continué en el hipódromo y quedé con ella más tarde. Ya no la volví a ver”, afirmó Dennis Snowden, su marido.

NO SOPORTÓ TANTO DOLOR Y PRESIÓN

Ella dejó por la noche su coche aparcado junto al puente y se tiró desde una altura de 50 metros a las aguas del río Green. No pudo superar el estado emocional que le causó ver morir a su amado potro en la pista y comprometer su venta a sus propietarios. “Ella sentía mucha presión desde hacía días. Pero estaba confiada porque un día antes lo vio galopar fantásticamente y pensaba que si corría, ganaría”, declaró su marido.

Monique  Snowden, que había superado una depresión tras morir su madre de cáncer, llevaba siete años como entrenadora y se pasaba desde las cuatro de la mañana hasta las siete de la tarde junto a sus purasangres.