La actualidad blanca

Enganchados a la euforia

En forma 8 Cristiano Ronaldo, ante la grada de Anfiedl, en el partido disputado ante el Liverpool.

En forma 8 Cristiano Ronaldo, ante la grada de Anfiedl, en el partido disputado ante el Liverpool.

ANTONIO MERINO / MADRID

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Lo último que recuerdan los jugadores del Madrid es su salida de Anfield en medio de los aplausos del público. Un efecto que sumado al inapelable triunfo ante el Liverpool y a las ocho victorias consecutivas, en las que el equipo ha promediado 4,3 goles, ha supuesto una gran dosis de autoestima que lleva al equipo de Carlo Ancelotti a encarar el clásico enganchado a la euforia.

Cristiano Ronaldo tiene preparadas las nuevas botas que virtualmente han salido de las entrañas de un meteorito caído en el centro de Madrid. Con ellas, el portugués apunta a Claudio Bravo como su siguiente víctima. Meterle el primer gol al meta chileno en la Liga es uno de los grandes alicientes de la línea ofensiva del conjunto blanco. El otro es impedir que Messi marque para que no iguale el registro de Zarra de 251 goles en Liga.

Si lo consiguiera o incluso llegase a superarlo con una segunda diana, nada indica que pueda pararse el encuentro o que se anuncie por megafonía el nuevo récord de la estrella azulgrana. En el club blanco nadie quiere oír hablar de eso. Si hay un homenaje previsto es el que se le rendirá a Cristiano por su gol número 20 de la temporada y por estar a un solo tanto de igualar los 71 de Raúl en la Champions.

Los aficionados volverán a pedir el Balón de Oro para el portugués, aunque esta vez elevarán el nivel de los decibelios para que el mensaje llegue con gran nitidez a Messi y al mismísimo Michel Platini, que pide esa distinción para un jugador alemán por haber ganado el Mundial. Mientras, Cristiano ha vuelto a reiterar su mensaje de cada clásico. «No va a ser un partido en el que juegue Cristiano contra Messi, sino contra el Barcelona», dijo el portugués tras la victoria en Anfield. Ronaldo puso el grito en el cielo porque el Barcelona tenga un día más de descanso por haber jugado el martes. «No lo entiendo. Un futbolista de alta competición sabe que dos días no es igual que tres para recuperar. Sería perfecto jugar el domingo», manifestó el astro portugués.El otro objetivo de las gargantas madridistas será Luis Enrique, al que la afición blanca que no le perdona renegar de su pasado madridista, y aireará ese rechazo sin ningún pudor.

El debate deportivo, por otro lado, se centra en qué equipo llega mejor al clásico. Ancelotti se agarrará al 4-4-2, con Sergio Ramos en lugar de Varane. El técnico ha ampliado su confianza en Isco tras el derroche del malagueño ante el Liverpool, y en James. «Veo al equipo maduro, con personalidad y con confianza», dijo el italiano. Ancelotti sabe que el imbatido Barça debe pasar la prueba de la delantera blanca. Algo que ayer recordó Carles Rexach. «El Barça no se ha medido a un ataque como el del Madrid», aseguró el exjugador azulgrana.

Más claro lo ve Schuster, que mantiene que ganará el Madrid «porque es mejor en el centro del campo». José Antonio Camacho, por su parte, apunta a la victoria «para el que mejor defienda».