La otra mirada / AINA CLOTET Actriz

«Me encanta el submarinismo, es como estar en otro planeta»

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JOAN CARLES ARMENGOL
BARCELONA

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Tiene una película en cartelera (Rastros de sándalo, de Maria Ripoll) y ha comenzado a ensayar Joc de miralls, una obra de Annie Baker que estrenará en febrero en el Teatre Lliure de Mont-

juïc. Aina Clotet (Barcelona, 1982) se declara una amante del deporte, aunque reconoce poca constancia y asegura que, desde que regresó de Los Ángeles, antes del verano, todavía no se ha apuntado al gimnasio.

-¿Le gusta estar en forma?

-Sí, me gusta mucho hacer deporte, y he hecho muchas cosas, pero a veces me gustaría tomármelo más como una obligación. Siempre digo que debo apuntarme a un gimnasio, ponerme las pilas, pero aún no lo he hecho. Yo vivo cerca de la montaña y, de momento, Vallvidrera es mi gimnasio.

-Su familia es muy deportista, ¿no?

-Sí. Mi padre, Bonaventura, sale a correr cada día como mínimo 10 kilómetros, y yo me siento culpable por no acompañarle. Mi hermano Marc era muy bueno en atletismo, y yo en la escuela hacía longitud y carreras de fondo y velocidad. Tengo mucho espíritu de superación. Me gustan también el esquí y los deportes de aventura, pero a veces valoro el riesgo y me entra miedo.

-¿Practica algún otro tipo de deporte?

-Si el submarinismo es un deporte, entonces sí. Tengo el título avanzado y la verdad es que me encanta, es lo más cerca que hay de estar en otro planeta. Experimentas la ingravidez, la flotación cero, sientes que no pesas nada, como si volaras. Estás en otro medio, como en otro planeta, y los peces te miran como si se preguntaran: '¿Qué hace esta aquí?' El lugar más alucinante donde me he sumergido es en Tailandia, aunque ahora ya hay mucha gente.

-¿Y como espectadora?

-A mi abuela le encantaba el tenis, y en casa lo veíamos  mucho. Un día, siguiendo un partido de Federer, me encantó su elegancia en la pista. Me pareció un tenista muy persona, un tío con un gran porte.

-¿Aún es socia del Barça?

-Sí, desde pequeña. Ahora mi hermano y yo tenemos los carnets alquilados. Me pasa que soy muy culé cuando ganamos y, cuando no, me desengancho, me entra la desafección, aunque siempre  con todo el cariño.

-Usted presentó en Montecarlo a la delegación barcelonesa que quería los Mundiales de atletismo del 2019...

-Me encantó que confiasen en mí para una cosa tan importante para la ciudad. Me fui triste porque vi que el dinero importa más que los valores. ¿Cómo se pueden organizar en Doha, a 40 grados? ¿Se han vuelto locos?