Dopaje global

Un documental de la TV alemana, con cámara oculta, ha dejado en entredicho a todo el atletismo ruso

Mariya Savinova, en la final de los 800 metros de los Juegos de Londres-12, prueba en la que ganó el oro.

Mariya Savinova, en la final de los 800 metros de los Juegos de Londres-12, prueba en la que ganó el oro.

SERGI LÓPEZ-EGEA / BARCELONA

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Son creíbles los resultados atléticos que Rusia ha obtenido en estos últimos años en atletismo? ¿Son sus atletas un producto de laboratorio al más puro estilo de la antigua República Democrática Alemana protegida por Moscú? ¿El deporte se encuentra inmerso en un escándalo de mayor relieve que la operación Puerto? De confirmarse todo lo visto, oído y observado en un documental de la televisión alemana, emitido a principios de diciembre, el atletismo, concretamente, y la IAAF (Federación Internacional de Atletismo) afrontan algo más que un seísmo; algo así como un terremoto de 7 grados en la escala de Richter.

Rusía ya lleva años en el ojo del huracán. 68 atletas del país cumplen actualmente sanción por dopaje. ¿Pero el ciento por ciento de sus atletas realizan prácticas prohibidas? Si se sigue al pie de la letra la denuncia vertida en el documental de la cadena alemana ADR, la situación es muy preocupante. En el programa televisivo, de 60 minutos de duración, se mostraron grabaciones secretas de audio y vídeo que apuntaban a un sistema de dopaje apoyado por las autoridades rusas, lo que se denomina 'Dopaje de Estado'. «Es un escándalo». Así de claro se expresó David Howman, director general de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA). «Es un caso de extrema preocupación», agregó Dick Pound, exnadador canadiense y primer presidente de la AMA tras su fundación en 1999 hasta el 2007, cuando le sustituyó el australiano John Fahey hasta que este año ocupó el cargo el británico Craig Reedie.

Piel de gallina

Algunas frases que escucharon los telespectadores alemanes ponían la piel de gallina. «Mi mujer me dijo que todos los atletas rusos se dopan y que sin dopaje no serían posibles los resultados que obtienen». Este testimonio corresponde a Vasili Stepanov, uno de los responsables de la Agencia Antidopaje Rusa (RUSADA). Y su mujer no es otra que Yulia Rusanova, excorredora de 800 metros, suspendida en el 2013 por dopaje. «El dopaje es algo que se mete en la cabeza de los entrenadores y ellos lo meten en la cabeza de los deportistas. Por eso, cuando un deportista toma un preparado prohibido no cree que está haciendo algo malo». Curioso que lo tomase ella siendo esposa de un responsable antidopaje de su país. Y no menos curioso que uno de los dirigentes de la lucha antidopaje rusa tenga a su mujer suspendida dos años.

Yeugenia Pejerina, lanzadora de disco, rebajó un poco -solo un poco-la alarma por dopaje en el atletismo ruso; del ciento por ciento al 99%. «La mayor parte de los atletas se dopan; el 99%». «El deportista no tiene otra alternativa», secundó sus palabras, en el documental, Oleg Popov, entrenador de pruebas de lanzamiento.

Para endurecer todavía más las sospechas de dopaje, la televisión alemana mostró a Mariya Savinova, que hablaba de sus prácticas dopantes (reconoció la ingesta de anabolizantes y hormonas como la de crecimiento y la EPO) en un vídeo realizado desde un teléfono móvil. Unas imágenes fuente de una profunda preocupación, puesto que Savinova ganó la medalla de oro en la prueba de 800 metros en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

Pero, realmente, qué se podía esperar de un país que en el 2013 realizó 23.110 pruebas antidopaje con la barbaridad de 500 muestras positivas, rebajadas por encubrimiento y hasta con el pago de importantes cantidades de dinero a fin de 'esconder' las sustancias prohibidas.

Ahí está el caso, por ejemplo, de la maratoniana Lilia Shobujova, ganadora en Chicago y Londres, quien pagó más de 300.000 euros para que se le tapara un positivo, lo que le permitió acudir a Londres 2012, aunque luego la suspendieron dos años con lo que la deportista solicitó que le devolvieran el dinero pagado.

¿Y quién recibió el pago para tapar un positivo? Pues nada menos que Valentin Balajnichev, presidente de la federación de atletismo rusa y vicepresidente de la IAAF, que solo devolvió parte del pago a la atleta tras reclamar que le retornaran el dinero cuando le cayó la sanción.

El cerebro ruso

En el documental, Stepanov y Rusanova se erigen como los principales testigos de la cadena ADR, hasta el punto de que ambos han abandonado Rusia por temor a represalias. Ellos acusan al médico deportivo Serguei Portugalov, colaborador de la IAAF en temática antidopaje, de ser el cerebro del operativo, al estilo de lo que Eufemiano Fuentes realizaba en España hace unos años. «Portugalov me dio las sustancias para doparme. Me dijo que todo el mundo lo hacía». Así lo explicó Rusanova que enumeró, incluso, las cantidades que este médico exigía a cambio de medallas: «Tuve que pagar por las medallas ganadas; la victoria en un 800 metros costaba 50.000 rublos (760 euros)».

El matrimonio, en la ADR, además, extendió el dopaje generalizado en Rusia a otros deportes, tales como la natación, el ciclismo, el biatlón, la halterofilia y el esquí nórdico. Stepanov, además, atacó directamente al director del laboratorio antidopaje de Moscú, Gregori Roshenkov, quien, según sus palabras, «diseñó programas de dopaje a los atletas para que no dieran positivo».

Investigación oficial

Impostores o no, el atletismo ruso ya se encuentra bajo investigación tras la emisión televisiva. La AMA ya ha reconocido que va a «iniciar acciones para confirmar las pruebas del documental». «Vamos a perseguir cualquier violación de las reglas de dopaje», ha comunicado Reedie, el presidente del organismo, que ha puesto al frente de la comisión creada a Pound, quien estará ayudado por un miembro del TAS (Tribunal de Arbitraje Deportivo), Richard McLaren, para tratar de esclarecer toda la situación antes de que se valoren sanciones.

La IAAF, por su parte, también está investigando el caso, aunque se pondrá en manos de la AMA para tratar de llegar hasta el final. El escándalo, por lo tanto, ya ha superado las fronteras del más que cuestionado atletismo ruso.