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Una despedida infame

CARLOS F. MARCOTE / MADRID

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No tuvo la oportunidad Carlo Ancelotti de despedirse desde el mismo césped del Bernabéu de la afición madridista, que le tenía asegurado un caluroso adiós, y al parecer fue porque el jefe decidió que no fuese recurrida la sanción de dos partidos que le impusieron por su menosprecio al árbitro tras el empate ante el Valencia, en el que al Madrid se quedó definitivamente sin posibilidades de hacer sombra al Barcelona. Interpretó Florentino Pérez, probablemente con razón, que un homenaje de esas características podía volverse en su contra y optó por acabar su relación con el hombre que llevó al Madrid hasta la Décima de forma impresentable mientras este no ha dejado de dar muestras de elegancia.

Así continuó anoche tras su último triunfo al frente del Madrid. «No se recurrió porque parecía que no íbamos a ganar nada con el recurso y en este sentido la apelación no era necesaria», dijo Ancelotti, que reiteró que le gustaría cumplir el año de contrato que le queda y no admitió que su agente, Ernesto Bronzetti, sabe desde el viernes por boca de Pérez que no hay vuelta de hoja y el despido es un hecho.

"REUNIÓN EL LUNES O EL MARTES"

«Nos vamos encontrar esta semana, el lunes o el martes, para aclarar mi futuro y ahí el club tomará una decisión», insistió antes y después de dar calabazas a Silvio Berlusconi, quien ayer le habíaa abierto de par en par las puertas del Milan. «No me gustan las vueltas. En el pasado no funcionaron, pero con Carletto hay una amistad especial. Si el Real lo deja libre, volverá con nosotros. Creo que será positivo para nuestra entidad», declaró el dueño del alicaído club lombardo en Napoli TV. Y aseguran que le ofrece cinco años de contrato 150 millones para fichajes para la próxima temporada.

«Mi futuro está claro en mi cabeza. Si no sigo aquí me paro un año», desveló el técnico italiano después de haberse referido a una conversación con los jugadores en el vestuario que sono de forma inequívoca a despedidaa y cierre. «Era el último partido y les he agradecido lo que han hecho esta temporada, por lo que hemos pasado tanto en lo bueno como en lo malo», aunque más adelante le traicionó el subconsciente y dijo que tiene que «analizar lo que ha pasado para intentar mejorar la próxima temporada».

Al final, la resignación que le embarga salió a flote. «Deseo quedarme. Si el club me dice que no puedo seguir está claro que no estaré contento, pero son cosas que pasan. Me pasó en la Juve y en el Chelsea y en el PSG yo pedí salir. Tengo ganas de entrenar y si me despiden otra vez no pasa nada», comentó.

Iker Casillas sí que tuvo la oportunidad de llevar a cabo su particular despedida en vivo y en directo. No lo hizo porque su idea es seguir aunque le traigan a De Gea y le cueste una enfermedad. Y eso que ganas no le faltaron después de lo que volvió a vivir en el primer tiempo al verse nuevamente señalado como el culpable máximo de las contrariedades blancas. Al final, con media docena de goles en el saco del Getafe y un par de buenas paradas los de la Grada de Animación rompieron aa gritar «Iker, Iker» y fueron secundados por buena parte del estadio, en lo que pudo interpretarse como una oportunista muestra de agradecimiento por los servicios prestados. «Al final la afición ha comprendido lo importante que es para este club, todo lo que ha hecho. Mejor tarde que nunca», dijo Ancelotti al respecto.