EL CERROJO AZULGRANA

Un córner y gracias

Bravo solo ha encajado un gol, el de Pepe, en los 136 saques de esquina de la Liga

Bravo celebra el gol de Mathieu al Madrid en el clásico de la segunda vuelta de la Liga, en el Camp Nou.

Bravo celebra el gol de Mathieu al Madrid en el clásico de la segunda vuelta de la Liga, en el Camp Nou. / periodico

MARCOS LÓPEZ / BARCELONA

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Claudio Bravo es un tipo enormemente agradecido. Y, sobre todo, con Julio Rodríguez, ese entrenador que se jugó su carrera en Chile, por defender a «un porterito», así llamaban entonces despectivamente al nuevo Zamora . «Es muy pequeño, no va a crecer más, hay que echarlo», le decían los directivos de Colo-Colo, el club más popular del país. Pero Julio, firme en sus convicciones («tú, un día jugarás en Europa», llegó a decirle a un niño de 14 años), no se arredró, pese a tantas presiones, e insistió en sus enseñanzas hacia el porterito. Y casi dos décadas más tarde, Claudio abría ayer la puerta de su casa de Barcelona para recibir a Julio con un libro bajo el brazo: Atajando sueños, obra del técnico que más le influyó en su vida.

EL RELATO DE CLAUDIO

Es un libro que contiene, en realidad, el relato de Claudio. O cuando el porterito se convirtió en un porterazo, capaz de dejar hasta en ¡23 partidos! su portería a cero de las 37 jornadas que ha disputado. Unidos siempre el técnico y el alumno por el desprecio ajeno. «Por mí no daban un peso en el Colo Colo, era más bajo que Claudio, al que conocí cuando tenía 13 años», recuerda el maestro de Bravo, quien tuvo una especial vinculación con el Barça antes incluso de que llegara el exportero de la Real al Camp Nou. «Pasé unos días muy duros. Me volví a Viluco, mi casa. Me sentí menospreciado. No quería jugar más a fútbol», recordó Bravo a EL PERIÓDICO en agosto antes de iniciar su gran desafío, tutelado en la distancia por Rodríguez, quien empezó su formación en Estados Unidos y luego vino a Europa a empaparse de los métodos de Frans Hoek, técnico de porteros del Ajax, del Barça y del United. Siempre con Van Gaal de jefe.

Ahora, 10 meses más tarde, Bravo ha completado una temporada de ensueño. Con paradas prodigiosas en la Liga, dejando bellas postales para el recuerdo (Mestalla, Getafe, Granada, Athletic, Atlético...) además de sostener una defensa de hierro. Solo Pepe le marcó un gol de córner en los 136 de Liga.

Esa fiabilidad defensiva, Suárez defiende el primer palo, Piqué queda libre y los demás marcan en individual, deja datos extraordinarios. Solo cuatro goles de córner en los 206 que le han lanzado: Verrati (París SG, septiembre), Pepe (Madrid, octubre), Gaspar Gálvez (Huesca, diciembre) y Benatia (Bayern, mayo) tienen el honor de batir a la libreta de Unzué.