«Contestará el señor Faus»

Bartomeu alega desconocimiento para desviar preguntas hacia el vicepresidente

J. D. / BARCELONA

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Eran 15 contra uno, y no daba abasto. Venían los delanteros uno tras otro y Bartomeu no encontró otra opción, ni mejor, para aliviar el agobio, que apostar por el despeje indecente. Nada de florituras. Pelota que venía, pelotazo a la grada. Al regazo de Javier Faus, el vicepresidente económico, y que responda él cuando le toque. Es decir, hoy. Para enfrentarse a todos los abogados de los directivos demandados y responder todas las cuestiones que Bartomeu rechazó como pudo.

«Contestará mejor el señor Faus». «Es una pregunta para el señor Faus». «Mañana se lo podrá decir el señor Faus», fue diciendo Bartomeu a cuestiones a las que se veía incapaz de responder. Introdujo algunas variantes para no ser tan repetitivo. «En el 2003 era directivo de baloncesto, no de fútbol», alegó a la defensiva, antes de reconocer que fue Sandro Rosell -«y Txiki Begiristain», añadió de coletilla para ampliar la responsabilidad-, el entonces vicepresidente de fútbol, quien sugirió la depreciación del valor de la plantilla a cero, lo que ayudó a que las pérdidas atribuibles a Gaspart fueran de 63,7 millones. Una rémora básica, por otro lado, para que la gestión de Laporta pasara a ser deficitaria, según Rosell y Bartomeu, ya que en los siguientes ejercicios económicos dio beneficios.

Falta de información

Fue tal la sensación de indefensión de Bartomeu, la apariencia de debilidad aun siendo el presidente del Barça, que el juez, José Manuel Martínez Borrego se apiadó de él. O eso pareció. Simbólicamente se puso la camiseta del Barça y le echó una mano. «Pregunta impertinente», repitió una veintena de veces, tal vez más, para contener algo parecido a un acoso constante.

Y lo era. Había 15 abogados enfrente. Todos, menos uno, escucharon el aviso del juez: Eligio Hernández, el primero en intervenir, en nombre de Laporta. Sentado en una mesa adelantada junto a la letrada que representaba a Sala Martín (la primera en interrogar en catalán) y el de Xavier Bagués. Este último afeó a Bartomeu que su junta haya demandado a directivos que no tenían «información detallada» y que el propio presidente del Barça se escudara en el desconocimiento de algunas cuestiones para eludir dar muchas respuestas, aplazándolas a la comparecencia de Faus.

El empresario y el abogado

«¿Es consciente de que sin la depreciación de 63,7 millones del 2003 no podrían ejercer la acción de 47,6 millones del 2010?», preguntó el abogado de Alfons Castro, uno de los exdirectivos que permaneció todo el mandato junto a Laporta. El de Godall echó en cara al presidente azulgrana que, siendo empresario y economista, remitiera las cuestiones a Faus, «que es abogado». El letrado, uno de los más advertidos por el juez de la impertinencia de sus preguntas, acabó claudicando: «No haré más preguntas que pueda preparar con el señor Faus». Esa, la de preparar las respuestas de hoy, había sido la expresión de Bartomeu, que durante más de dos horas afrontó un bombardeo de cuestiones sin mayor alivio que una pequeña botella de agua. «No le sorprenda que no sepa algunas cosas. Hasta hace poco era vicepresidente», replicó con cierta inocencia.

No sabía los términos de la compraventa o ventacompra, como sucedió, de una parcela de Sant Joan Despí, del contencioso con Sogecable ni de los acuerdos con Mediapro. En una espiral negativa, Bartomeu tenía miedo a contestar si se podía traspasar a Messi. El juez le ayudó: «Se lo digo yo: sí».