la Vuelta

Contador pasa a la acción a las puertas de la primera montaña de la Vuelta

El conjunto Tinkoff trata de cortar al pelotón camino de Ronda donde gana Degenkolb

Degenkolb levanta los brazos en la meta de Ronda.

Degenkolb levanta los brazos en la meta de Ronda. / periodico

SERGI LÓPEZ-EGEA / Ronda

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Por Ronda, paisaje magnífico en la Málaga interior, se esparcieron las cenizas de Orson Welles, enamorado de esta tierra y de la tauromaquia, de Luis Miguel Dominguín y Antonio Ordóñez. Por Ronda, este miércoles, ha soplado el viento, el que arrastró el último sentido corporal del genial realizador y actor estadounidense, y al aire andaluz, cálido y hasta ardiente, se ha agarrado Alberto Contador para demostrar que con él las carreras son distintas, jamás aburridas, a veces hasta magníficas, en busca de un corte en el pelotón, de un ‘abanico’ fugaz, movimiento de lado a lado que no sirve para refrescar a los ciclistas sino para que los más despistados se queden atascados.

Contador está en la Vuelta. Y no solo de paseo, o solo por llevar un dorsal en la espalda. Está y mucho, tal como se ha vuelto a demostrar en la quinta etapa, demasiado calurosa y hasta cansina para los ciclistas que al siguiente asalto, en las Cumbres Verdes, en la Zubia, por encima de Granada, este jueves, vivirán o sufrirán la primera llegada en alto, la primera montaña real en una edición en la que cada día todos enseñan sus cartas, aunque luego digan algo distinto. Por ejemplo, en un momento de calma, cuando unos se refrescaban, otros hablaban y algunos se concentraban en sus pensamientos, llegó un esprint intermedio, que Chris Froome aprovechó para demarrar y arañar dos segundos, otro aviso a navegantes.

Ha ocurrido antes de que el Tinkoff de Contador rompiese el pelotón en mil pedazos, aunque ninguno de sus grandes contrincantes se vio sorprendido. Si se cortaron en un primer instantes corredores de reparto como Haimar Zubeldia y Dan Martin, que enlazaron, o venidos a menos, como Ryder Hesjedal, que llegó a Ronda rezagado. Al final de la etapa retornó la calma, bebieron agua los corredores, y John Degenkolb volvió a ganar, tal como hizo el martes en el ‘horno’ de Córdoba. Michael Matthews ha conservado el jersey rojo de líder.