El Tour de los descensos

El nombre en clave es el de 'Orca'. Y no se trata de ninguna ballena asesina; ni mucho menos. Como 'Orca' firmaba la persona, presuntamente con información de ASO, la empresa que gestiona el Tour, que filtró el recorrido del 2017 (se presenta oficialmente el martes en París) a un amigo quien, a la vez, lo publicó en los comentarios de velowire.com, tal vez el foro ciclista más importante de Francia. O, por lo menos, el que cada año se esfuerza más y más en acertar (a veces con el ciento por ciento) el trazado de la 'grande boucle', mucho antes de que Christian Prudhomme, el director de la carrera, levante el telón en el Palacio de Congresos de la capital francesa y descubra los secretos.

Y la verdad es que al filtrar 'Orca', a finales de septiembre, el recorrido del Tour 2017, no se le hizo mucho caso. Pero, curioso, conforme se va acercando el gran día en el que se confirmará el trazado, o se leen los artículos de la prensa local francesa, o se publica algún tweet indiscreto por parte de alguna autoridad municipal, el 'Tour de Orca' está resultando el que seguramente verá la luz el martes en París.

Será, por lo tanto, una ronda francesa de las que gustan a Prudhomme, amante de los descensos, porque cree que en las bajadas se marcan más diferencias que en las subidas y hay más espectáculo debido a la igualdad entre los mejores escaladores. Como prueba se remite a lo que sucedió en el Peyresourde el pasado mes de julio. Allí, tras coronar el famoso puerto, camino de Bagnères de Luchon, en un día de calor y mientras Nairo Quintana buscaba el refresco de un bidón, atacó Chris Froome, para vestirse de amarillo y ya no ceder el jersey con el que llegó vestido a los Campos Elíseos.

LA PLANCHE DE LES BELLES FILLES Y PEYRAGUDES

De hecho, al margen de descubrirse Froome como un buen 'runner' en las cuestas del Ventoux, el descenso del Peyresourde fue lo mejor que deparó en montaña el Tour 2016. Así, solo habrá cuatro llegadas en alto: una en los Vosgos (La Planche de les Belles Filles, quinta etapa); otra en los montes del Jura (Les Rousses, octava etapa); la tercera, en los Pirineos (Peyragudes, 12ª etapa, triunfo de Alejandro Valverde, 2012), y la cuarta, en los Alpes, en la 18ª jornada (en el Izoard, etapa reina) donde "los grandes héroes se presentan en solitario", como dijo Louison Bobet.

Sin embargo, las bajadas tendrán una lectura clave en la durísima etapa, prevista antes de afrontarse los Pirineos, entre Nantua, en el departamento de Ain, y Chambéry, con el paso previo por el Grand Colombier y el monte del Chat, ambos en la cordillera del Jura. Y, de idéntica manera, en los Pirineos se han programado otras dos etapas marcadas por los descensos, camino de Pau y, sobre todo, la que finalizará en Foix (13ª etapa) y que pasará por el Muro de Péguère, tan difícil de subir como de bajar.

Los Alpes tampoco se quedarán cortos, con una etapa clave, la 17ª, que llegará al complejo esquiable de Serre Chevalier el miércoles, 19 de julio del 2017, justo después de que los corredores realicen la bajada al Galibier, uno de los montes al pinos con mayor y mejor historia en las páginas del Tour.

BÉLGICA Y LUXEMBURGO

El año que viene la carrera se inicia con una contrarreloj individual de 13 kilómetros por las calles de la ciudad alemana de Düsseldorf, el 1 de julio. Es lo único que ha trascendido oficialmente, al margen de la tradicional llegada a los Campos Elíseos, el domingo 23 de julio.

Al margen de los secretos descubiertos por 'Orca', las reservas hoteleras de la principal cadena francesa colaborada de ASO, Accor --curiosamente 'Orca' hace un juego de palabras con el nombre de este grupo hotelero--, así como el volumen y la nula existencia de ofertas con camas para dormir en webs como booking.com en algunas ciudades candidatas a acoger el Tour, permite asegurar que la próxima ronda francesa visitará, al margen de Alemania, los países de Bélgica con una llegada en Lieja y una salida en Verviers, y Luxemburgo, con salida en Mondorf les Bains, cerca de la capital del gran ducado.

CONTRARRELOJ EN MARSELLA

La prueba descansará antes de los Alpes en la ciudad de Périgueux y volverá a reposar en Le Puy en Velay antes de la tanda alpina. Habrá contrarreloj final, al estilo clásico de la carrera, en este caso en Marsella, a un día de París. La gran ciudad provenzal será el próximo año la capital del deporte europeo. Y de allí que el Tour no haya quedado al margen. La penúltima etapa tendrá una treintena de kilómetros y discurrirá por la costa marsellesa, en un trazado complicado por los repechos y donde el viento podría tener una influencia determinante. Y, como es habitual estos últimos años, Chris Froome será el gran favorito a la victoria final.

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