China pierde a su icono en la pista

Li NA se retira del circuito a los 32 años tras cuatro operaciones quirúrgicas de rodillas

Li Na, anunciando el próximo torneo de Wuhan en las pantallas del aeropuerto.

Li Na, anunciando el próximo torneo de Wuhan en las pantallas del aeropuerto.

ADRIÁN FONCILLAS
PEKÍN

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

«Después de cuatro operaciones quirúrgicas y cientos de inyecciones semanales en mis rodillas para aliviar el daño, mi cuerpo me está suplicando que abandone esta paliza», anunció en las redes sociales la campeona de dos Grand Slams (Roland Garros 2011 y Australia 2013). Li Na (Wuhan, 1986) no ha competido desde que fue eliminada en tercera ronda en el pasado Wimbledon, torneo tras el que decidió pasar por el quirófano por enésima vez. «He intentado repetir los pasos para volver a las pistas como en otras ocasiones, pero esta vez me he sentido diferente», ha explicado. La campeona china quería jugar el primer torneo WTA que se va a disputar en Wuhan, su ciudad natal, pero no ha podido. «El deporte profesional es demasiado competitivo para jugar si no estás al 100%», ha aclarado.

Li Na derribó numerosas puertas en el deporte chino. Ella fue la primera tenista asiática, tanto en hombres como en mujeres, en llegar al top ten, en alcanzar una final del Grand Slam (Australia 2011) y en ganar otro (Roland Garros 2011). Nadie podía prever su retirada cuando siete meses atrás ganó el Abierto de Australia y trepó al número dos mundial , su mejor clasificación, antes de que su inactividad la relegara al seis. La  campeona china fue portada de la revista Time -epítome del triunfo global- y la segunda atleta mejor pagada según Forbes, solo superada Maria Sharapova.

Empezó a jugar al tenis porque su primer entrenador la convenció, con siete años, para que dejara el  bádminton. En quince años acumuló nueve títulos y se convirtió en la deportista más querida de China, aprovechando que se iban apagando las carreras de otros iconos nacionales como el baloncestista Yao Ming y el vallista Liu Xiang. La noticia de su retirada fue ayer la más comentada en las redes sociales, con casi 19 millones de mensajes en apenas media hora.

Li Na se ganó el cariño del público con su actitud desenfadada, al contrario de otras estrellas chinas. Habla un inglés fluido, bromea constantemente sobre su marido y exentrenador, lleva una rosa tatuada en el pecho y dos piercings en la oreja. Su carácter luchador en la pista le permitió  doblegar a rivales con mucho más talento y fuera de ella la llevó a revelarse contra el rígido sistema centralista deportivo chino al negarse a entregar los premios que ganaba, como le obligaban al principio.

«Además de su juego y su cálida y graciosa personalidad, Li Na es una pionera que abrió las puertas del tenis a cientos de millones de personas en China y Asia», comentó Stacey Allaster, directora ejecutiva de la WTA. Su popularidad empujó a la WTA a abrir una web en mandarín y una oficina en Pekín.