El Chelsea ratifica a Mourinho

Ocho puntos de 24 posibles y 10 de diferencia respecto al líder, y estar situado en el puesto 16º de 20 posibles colocan al Chelsea en una situación inadmisible para un club de esa dimensión, ese palmarés y, sobre todo, esa inversión efectuada, y ese entrenador que se autoproclama el mejor del mundo. A los fans del elitista barrio londinense, además, no les queda otro remedio que agachar la cabeza y engullir el orgullo mientras ni el club ni el técnico dan síntomas de la dosis de humildad que podría esperarse.

«El club quiere dejar claro que José sigue teniendo todo nuestro apoyo», escribe el Chelsea en la portada de su web. Esa es la primera línea de las cuatro con las que despacha lo que, para muchos de sus aficionados, se trata de una crisis preocupante que le amarga la existencia. Consumida una quinta parte del campeonato, el club parece haberse despedido de revalidar el título. La aureola de triunfador de Mourinho, la idolatría que le profesa gran parte de Stamford Bridge empieza a resquebrajarse. No, sin embargo, la confianza de Roman Abramovich con el entrenador que le ha dado las mayores alegrías (excepto la Champions League que le brindó Roberto di Matteo).

«Como ha dicho el mismo José, los resultados no han sido lo suficientemente buenos y las actuaciones del equipo deben mejorar. Sin embargo, creemos que tenemos al técnico adecuado para darle la vuelta a esta temporada y que él tiene al equipo con el que conseguirlo», es el argumento y el desenlace del breve texto. No solo reafirma a Mourinho, sino que le convierte en el portavoz más cualificado ante la opinión pública en ausencia de ningún ejecutivo o directivo de la entidad.

Así que el Chelsea es lo que Mourinho dice. Y Mourinho dijo el sábado, tras la hecatombe frente al Southampton (1-3), que no existe «ninguna posibilidad» de que dimita. «El Chelsea no puede tener mejor entrenador que yo», afirmó aceptando, no obstante, que algún técnico está a su nivel, no a uno superior. «Soy muy bueno en mi trabajo y quiero lo mejor para mi equipo, y lo mejor es que me quede», concluyó, antes de repetir que se quedará en el Chelsea hasta que el propietario, o sea Abramovich, quiera.

Humillación a Matic

Mourinho había sufrido solo una de derrota en los primeros 99 partidos como local en la Premier. El 100º (Crystal Palace) y el 102º (Southampton) han afeado su historial. También le afeó el gesto que tuvo con Matic. El mediocentro fue suplente, pero entró al campo tras el descanso. Mourinho lo sustituyó 28 minutos después, tras el 1-3.

«No fue una humillación Además yo nunca hago eso a nadie, ni en el fútbol ni en la vida», dijo el técnico portugués, que aseguró tener una relación «fantástica» con Matic aunque desvelara los «muchos errores» que comete con el balón. En cambio, no relevó a Cesc, uno de los jugadores que tampoco se acerca al nivel del año pasado: «Mantengo a Cesc porque es quien aguanta mejor la presión, su estabilidad emocional es alta».