FIESTA EN BILBAO

La reivindicación por sistema

Los jugadores de la selección de Catalunya felicitan a Sergio García tras el gol del empate ante Euskadi, en San Mamés

Los jugadores de la selección de Catalunya felicitan a Sergio García tras el gol del empate ante Euskadi, en San Mamés / periodico

SERGI LÓPEZ-EGEA / BILBAO

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Reivindicativo era el partido y reivindicativa fue la alineación y, sobre todo, el dibujo táctico que presentó Catalunya en San MamésGerard López hizo suyo el 3-4-3 que implantó Johan Cruyff en el Barça cuando él era un canterano azulgrana y, como fiel creyente de la religión 'cruyffista', quiso enseñarlo con orgullo ahora que es entrenador. El campo rindió justicia. El marcador, no. Catalunya se lució pero solo pudo empatar ante Euskadi (1-1).

Diez minutos tardó Catalunya en descifrar un esquema tan fácil de interpretar como difícil de ejecutar, y lo pagó con un gol en contra. Una anécdota que tuvo el único efecto de dotar a Euskadi de la ventaja que le salvaguardó de la derrota. A efectos visuales, por lo que se pudo contemplar sobre el césped, nunca existió esa superioridad local.

Tampoco aguantó la comparación el gol de Aduriz, que se encontró con una pelota suelta en el área, con el tanto de Sergio García, que dribló a Íñigo Martínez en carrera y engañó a Iraizoz en el remate. La única vez en la que el exmeta españolista, el guardián de las porterías de San Mamés, se vio vencido. Jugaba en su casa y lo demostró, con una portentosa actuación que impidió que la exhibición de Catalunya se repitiera en el resultado. Gorka se marchó ovacionado, investido como el héroe que evitó algo parecido a una masacre.

Como pez en el agua

Sergio García se encontró como pez en el agua con el 3-4-3. Ejerció de mediapunta el capitán de Catalunya (por ser el futbolista con más partidos, más que Xavi, y su mejor goleador) con metros para correr, espacios para desmarcarse y pasadores a su alrededor. Xavi fue quien le dio más bola, pero a los centros de Deulofeu, el 7 tan añorado --y también reivindicado-- por los culés, no llegó. El extremo gerundense era el único debutante en las filas cuatribarradas y estrelló un centrochut al poste. En la otra banda se perfiló Aleix Vidal, que tuvo que reconvertirse como exterior zurdo para que Gerard pudiera blandir el emblemático esquema 'cruyffista'. Piqué, el Koeman del siglo XXI, estuvo escoltado por Bartra Alba.

Catalunya se lució en todo su esplendor. Menos en el remate. A la que Xavi se apropió de la pelota --San Mamés le ovacionó en la sustitución--, el partido siguió el guión que durante tantos años ha leído el Barça. Era lógico: había cinco jugadores azulgranas y otros cuatro han pasado por La Masia. Casilla Alexis Vidal eran los extraños.

Cambio de perfil

Catalunya cambió el perfil a medida que cambió el equipo, primero en el descanso y después a la hora de partido, con la definitiva entrada de los 22 jugadores convocados. Por la falta de mimbres, retocó el sistema hasta un convencional 4-4-2. El juego perdió ingenio, pero las llegadas al área local continuaron aunque con menor claridad y frecuencia. Jordi Masip, en la otra portería, fue un mero espectador que no vivió ni un susto.

"Ha salido todo como estaba previsto", explicó Gerard, feliz por el desempeño de sus jugadores y la imagen ofrecida, que no hacía más que sustentar su impresión de que Catalunya participaría en una fase final de un torneo oficial. "Les agradezco a todos su implicación. Además de los 22 jugadores de hoy hay otros 25 preparados para venir", insistió el seleccionador. "Hemos jugado un muy buen partido. La gente ha disfrutado mucho y nosotros, también", aseguró Sergio García, que solo lamentó el segundo gol catalán que habría dejado las cosas en sus sitio.