Brasil, en vilo por Pelé

En Brasil todos contienen la respiración. El anuncio de que Edson Arantes do Nascimento, Pelé, era trasladado a la uci del hospital Albert Einstein de Sâo Paulo, heló la sangre de los brasileños que se preparaban para despedirse del fútbol durante el parón del verano austral. A sus 74 años, el empeoramiento de la salud de O Rei do Futebol no es un tema que pase inadvertido en un país que vive por, para y a través de sus estrellas de fútbol. La salud de Pelé es un asunto de Estado y muchos sienten que si el corazón del tricampeón mundial dejara de latir una parte de todos los brasileños se iría con él.

Desde que el pasado lunes Pelé fuera ingresado por una infección de orina, fruto de una complicación tras la cirugía por cálculos renales que sufrió el pasado 13 de noviembre, los medios del país viven pendientes de cada uno de los partes médicos. El pasado miércoles y para alivio de muchos, su representante personal, Pepito Rodrigues, afirmó tras una visita al hospital que Pelé se encontraba «bien» y que había «muchas posibilidades» de que recibiese el alta el jueves.

Sin embargo, las palabras extremadamente optimistas del representante le restaron credibilidad en la mañana de ayer cuando reiteró que el exfutbolista estaba bien y que saldría del hospital el sábado. Pocas horas después, Pelé ingresaba con un «cuadro inestable» en la uci.

Al hacerse público, las redes sociales del país se inundaron de mensajes de apoyo al mítico número 10 de la canarinha eclipsando el mensaje del pasado miércoles del presidente de la FIFA, Joseph Blatter. Hasta ahora, el suizo había sido el único gran representante del fútbol mundial en desear una pronta recuperación al que muchos consideran el mejor jugador de todos los tiempos. Una consideración que únicamente su ahijado en el fútbol brasileño y astro del Barcelona, Neymar Jr., tiene posibilidades de disputar en Brasil. A sus 22 años y 9 meses ya suma 42 goles con la camiseta verdeamarela, uno más que Pelé, que a esa edad había conseguido 41 goles aunque, eso sí, con dos Copas Mundiales (1958 y 1962) bajo el brazo.

Los 77 goles

Pero quienes conocen a Pelé saben que, a pesar de los casi tres cuartos de siglo a sus espaldas, todavía tiene área por delante para recorrer. Tras la última cirugía, que solamente le mantuvo dos días en el hospital, el eterno delantero declaró: «Ya estoy listo para jugar mañana». Eso es precisamente lo que todos desean oír en Brasil, un país que adora a sus astros del balón.

Si bien Pelé no pudo ver a su discípulo levantar la Copa del Mundo en Maracaná, ahora todos le desean a su rey salud para ver a Neymar alcanzar los 77 goles con el mágico 10 a sus espaldas.