LA SITUACIÓN BLANCA

Bochornoso Cristiano

Al jugador portugués le pueden caer cuatro partidos si el árbitro rectifica en su ampliación al acta

Cristiano se tapa del sol, en el partido frente al Córdoba en el Nuevo Arcángel.

Cristiano se tapa del sol, en el partido frente al Córdoba en el Nuevo Arcángel. / periodico

CARLOS F. MARCOTE / MADRID

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Florentino Pérez salió avergonzado del Nuevo Arcángel. Avergonzado e irritado porque también él se llevó lo suyo por parte de los aficionados a cuenta de la lamentable exhibición de kickboxingen el estadio cordobés, cuyo césped abandonó lustrándose el escudo de campeón del mundo para pitorrearse de quienes nunca podrán paladear el sabor del éxito del Madrid y sobre todo del suyo propio.

Pese a todo, nadie ha afeado al balón de oro su proceder en el club blanco. Todo han sido justificaciones porque un mal paso lo da cualquiera o porque perder los nervios cuando todo sale mal también es humano. En la web del club no se hace la más mínima mención a la violencia del jugador portugués, más allá de que «la empresa se complicó aun más por la roja que vio Ronaldo en el minuto 83», el párrafo con que se despacha lo sucedido en la crónica.

Se trata ahora de minimizar los efectos y por eso desde el mismo AVE se le recomendó que se excusara públicamente. Lo hizo a través de Twitter con una petición de disculpas «a todos y especialmente a Edimar por mi acto irreflexivo». A Crespo, a quien agredió dos veces con la mano antes y después de la patada al lateral, ni nombrarle. Y lo del menosprecio al público con lo del escudo, como si no hubiera pasado.

EVIDENCIAS

El Madrid daría por buenos dos partidos de sanción, que es probablemente por donde tirará el Comité de Competición si tiene en cuenta únicamente el contenido del acta y considera que se trató de juego violento, castigado con suspensión de uno a tres partidos. Hernández Hernández solo reflejó que Ronaldo fue expulsado «por dar una patada a un adversario sin estar el balón a distancia de ser jugado».

El problema es si el órgano disciplinario pide o no al colegiado una ampliación al acta a la vista de las evidencias de la bochornosa actitud del jugador antes y después de la patada a Edimar, quien por cierto perdonó a Cristiano porque «tenía la cabeza un poco caliente... Fue un lance del juego, no un conato de agresión. Me tocó en la pierna y en la boca, nada más».

Si como poco el árbitro recoge en su ampliación el segundo manotazo a Crespo, ya con el juego parado, la suspensión que le caerá será de mínimo de cuatro partidos, con lo que se perderá el derbi ante el Atlético del día 7 de febrero.