Europeos de Berlín

Belmonte se funde en plata

19.38 h La catalana, en la final del relevo 4x200 metros libre

19.38 h La catalana, en la final del relevo 4x200 metros libre

LUIS MENDIOLA

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Estrella y humana a la vez, Mireia Belmonte volvió a subirse al podio en los Europeos de Berlín para engordar su extraordinario palmarés y, sobre todo, alimentar su fiera imagen competidora. Estrella porque volvió a subirse al podio en la final de los 800 libre, donde conquistó una plata, su tercera medalla de los campeonatos, después del bronce en los 5 kilómetros de aguas abiertas y la plata de los 400 estilos.

Humana, porque acabó la última en los 200 estilos, una final que afrontó sin descanso, con apenas un minuto para hacer la transición entre salir del agua en el 800 y volver al podio de salida, y acabó desfondada, sin un gramo de energía.

En ese reto titánico que era poco menos que una utopía, Mireia tuvo que rendirse a la evidencia como se temía (el 200 no sé si me saldrá», avisó en la previa, consciente de la enorme exigencia que debía afrontar) aunque eso no quita para que volviera a dar muestras de su atrevimiento, de su coraje y de su valentía para lanzarse al agua, asumiendo un reto que nadie le habría recriminado que obviara. En lugar de aceptar lo inevitable, mantuvo la pelea hasta la última brazada.

«Sí, haría todo lo que he hecho», aseguró Belmonte cuando le preguntaron si volvería a plantearse un calendario tan exigente. «Y creo que el balance es bastante bueno. En el 800 he salido a ganar, pero al final he pagado un poco el cansancio. Pero no pasa nada. He sido valiente, que es lo que cuenta», apuntó.

Esa búsqueda permanente para conocer dónde están sus límites llevó ayer a la nadadora badalonesa, de 23 años, a comprender también que es humana y no una máquina.

Aun así lo intentó, para completar una jornada agotadora que inició con la final del 800 libre, la prueba en la que es subcampeona olímpica, prosiguió con el 200 estilos y concluyó, poco más de una hora después, con el último relevo del equipo español en la final del 4x200 para firmar una meritoria sexta plaza, al lado de Melani Costa, Fátima Gallardo y Judit Ignacio.

Con una semana de competición ya a cuestas, y con una agenda todavía cargada de retos, que la llevará hoy a afrontar las eliminatorias de los 1.500 metros (tiene la mejor marca europea del año) y dos citas con opciones de podio para el fin de semana (200 mariposa, prueba en la que es subcampeona mundial y olímpica, y los 400 libre, prueba en la que solo la estadounidense Katie Ledecky ha nadado este año más rápido), Belmonte dio ayer los primeros signos de cansancio, lo que empieza a ser normal a estas alturas. Los dejó entrever en el 800 libre, una de las pruebas que la consagró en los Juegos de Londres, y los confirmó con toda crudeza en el 200 estilos.

SIN DESCANSO / Su puesta en escena en el 800, sin embargo, resultó espectacular. Desde los primeros metros convirtió la prueba en un mano a mano con la ganadora, la británica Jazmin Carlin, mientras otra de las aspirantes, la danesa Lotte Friis, se descolgaba con rapidez.

Belmonte mandó en los primeros 500 metros sin apenas esfuerzo, con un ritmo cómodo, con Carlin marcándola de cerca hasta que la británica, que solo tenía esta prueba en la jornada, hizo un poderoso cambio de ritmo en el paso por los 600 metros, que la campeona badalonesa, consciente de que se tenía que dosificar, no pudo seguir.

Carlin se colgó  el oro con su mejor marca personal (8.15.54) y Belmonte consiguió resistir la presión de la húngara Boglarka Kapas, para asegurarse un plata (8.21.22) que le deja buen sabor de boca.

Nada más acabar y aún boqueando ostensiblemente para recuperar el aliento, Belmonte salió rápidamente de la piscina para volver a lanzarse al agua en los 200 estilos. Se dejó todo lo que le quedaba en los primeros 50 metros, en la mariposa, que pasó en tercer lugar, pero la espalda la dejó ya en la cola y cerró la final con una octava plaza (2.18.46) lejos de la húngara Hosszu (2.08.11), una de las triunfadoras de la jornada.

«Me he tirado y estaba supercansanda. No tenía velocidad porque es una prueba totalmente diferente al 800. He intentado hacerlo lo mejor que he podido, pero he acabado realmente cansada», admitió Mireia.