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El Bayern toca el cielo

El Papa recibe al equipo de Guardiola en el Vaticano después de vapulear al Roma (1-7) en la Champions «Jugaron un partido maravilloso» dice Francisco, aficionado del San Lorenzo

Pep Guardiola saluda al Papa, durante la recepción del Pontífice al Bayern en el Vaticano

Pep Guardiola saluda al Papa, durante la recepción del Pontífice al Bayern en el Vaticano / periodico

JORDI TIÓ / BARCELONA

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El Bayern llegó el lunes a Roma, el martes se encumbró en los altares tras una memorable exhibición en el Olímpico (1-7) y ayer seguía instalado en el cielo. El equipo de Pep Guardiola fue recibido por el papa Francisco, gran aficionado al fútbol y, en particular, seguidor confeso del San Lorenzo de Almagro. "Jugaron un partido maravilloso", les agasajó el Pontífice, que se fotografió con toda la plantilla bávara al completo en las dependencias vaticanas.

El Bayern, que regaló al Papa una camiseta firmada por todos los jugadores, obsequio que fue entregado por los capitanes Lahm y Neuer, y Guardiola, anunció que el próximo año disputará un partido amistoso para el que tiene previsto recaudar un millón de euros, dinero que será donado al Papa para que lo destine a fines benéficos.

No es la primera vez que el papa Francisco recibe a un equipo de fútbol. De hecho, el pasado agosto tuvo la enorme alegría de abrir las puertas de su casa nada menos que al club de su vida cuando una delegación del San Lorenzo, que viste de azul y rojo, se desplazó hasta la capital italiana para ofrecerle el Título Inicial y la Copa Libertadores. "Ustedes forman parte de mi identidad cultural. San Lorenzo era el equipo de la familia, mi papá jugaba en el equipo de básquet y de chicos también mamá venía con nosotros al Gasómetro", les confesó a los campeones americanos.

Ratzinger, también futbolero

Ayer, curiosamente, otro Pontífice se lamentaba, no muy lejos de allí, de no poder recuperar por unos minutos el cargo que abandonó en febrero del 2013. Benedito XVI, Papa emérito desde esa fecha, seguro que siguió con suma atención la visita del Bayern, del que es un declarado seguidor. Un secreto que Ratzinger mantuvo bien guardado hasta que Giovanni Trapattoni, entrenador del club muniqués a mediados de los 90, desveló lo que muchos se olían: "Hablábamos frecuentemente por teléfono ya que seguía con gran interés al equipo", confesó.

Seguro que el actual Papa emérito disfrutó a lo grande con la exhibición del Bayern de Guardiola, que selló una goleada para la historia en ante el Roma, al que ya vencía en la media parte por 0-5, una exhibición similar a la consumada por la selección alemana ante Brasil en la semifinal del Mundial (0-5 en los primeros 29 minutos de juego).

Festival de goles

La del Olímpico de Roma no fue la única fiesta goleadora que se vivió en la jornada de Champions del martes, que cerró con un nuevo registro realizador (40 tantos en 8 partidos). También el Chelsea de Mourinho se dio un festín a costa del Maribor, al que arrolló en Stamford Bridge (6-0).

En el mismo grupo, el Schalke y el Sporting de Lisboa brindaron un espectacular partido en Gelsenkirchen (4-3), resuelto de penalti ya en el tiempo añadido. También el Shakhtar se hartó de goles ante el Bate Borisov, al que arrolló en su estadio por 0-7, en un grupo que cierra el Athletic, en plena crisis, con un solo punto. Igualmente en Moscú hubo fiesta de goles, aunque repartidos (2-2) entre el CSKA y el City. En Nicosia, sin embargo, la vorágine de goles pasó de largo en el duelo entre el Apoel y el Paris SG. El equipo francés se impuso gracias a un tanto de Cavani a falta de tres minutos para el final, sellando una victoria que mantiene a los parisinos primeros de grupo.