Bautista, el amigo de Sancho Panza

Si Julito Simon tiene aspecto de campeón del mundo de 125cc y Jorge Lorenzo se ha convertido en el tormento y obsesión de Valentino Rossi, como joven que amenaza su dominio en MotoGP, nadie duda en el Mundial, ni en el mundo, de que Álvaro Bautista, que ya fue campeón de 125cc en el 2006, se convertirá en bicampeón a final de la presente temporada. Bati no solo posee un pilotaje de altos vuelos, fino, limpio, veloz, eficaz y contundente, sino que también tiene el carisma que distingue a los que se suben al podio en casi la mitad de las carreras que ha disputado: 110 grandes premios y 40 cajones.

Bautista ganó ayer en Montmeló con una mano y lidera el Mundial de dos y medio con 12 puntos de ventaja sobre el japonés Hiroshi Aoyama (Honda). Bautista estrenó ayer un casco "con los guerreros de La Mancha" a cada lado del cogote. Arriba, un molino enfadado y, detrás, don Quijote y Sancho Panza. "Me hacía ilusión hacerles un homenaje". Y con esos amigos, Bautista salió a la pista a mantener a raya a Marco Simoncelli, el agresivo y popular piloto italiano que tuvo que ser sancionado con algo más de 5.000 dólares por sus feas maniobras en el trazado del circuito de Mugello.

En la tercera vuelta, cuando Bautista había acelerado y el amigo de Rossi, es decir, Simoncelli, quiso seguirle rodó por los suelos y ahí se acabó la carrera, que pasó a ser un monólogo del amigo de Sancho Panza. Mientras el público de Montmeló pitaba a Simoncelli en su retirada a los boxes ("no creo que haya que disfrutar ni desear el mal de nadie", dijo el líder de dos y medio), Bautista paseaba por todo Montmeló al caballero de la triste figura. "Me encanta don Quijote. No estoy tan loco como él, pero es manchego, todo un caballero, un luchador y en eso sí quiero imitarlo".

La Mancha tendrá pronto un campeón. Un señor bicampeón.