Barça-Vic, final continental en Italia

La final catalana en la Liga Europea ha quedado servida en Bassano del Grappa, la localidad italiana sede de la final fourque ha contemplado las victorias del Barça y del Club Patí Vic en las semifinales de este sábado. Dos partidos antagónicos (muy igualado el de los rojiblancos, más decantado a su favor el de los azulgranas) que condujeron a un partido decisivo, el de este domingo (17.00 horas, Esport 3), que se presenta más igualado de lo que la tradición puede sugerir.

Y es que el Barça persigue nada menos que su 21º máximo título continental, mientras que el equipo osonense no tiene ninguno en su palmarés. Pero en su tercera final (perdió la del 2009 en los penaltis ante el Reus, también en Bassano, y la del 2010 ante el Barça, 4-1 en Valdagno) no partirá desde luego como una cenicienta. Al contrario. Invicto en Europa este año y tercero en la OK Liga, el Vic reeditará la final de la Copa del Rey que le ha ganado esta temporada al Barça en Blanes. Su mezcla de veteranía y juventud, con el añadido de una ilusión indesmayable, convierte al Vic en un rival temible para los azulgranas, recientes campeones de Liga y defensores de la Liga Europea que conquistaron el año pasado ante el Porto al amparo del Palau Blaugrana.

El Vic, como siempre, ha sabido negociar con garra y oficio la primera semifinal (3-2) ante el potente Porto, doble campeón europeo, pero que se ha convertido en un especialista en desperdiciar finales (ha perdido nueve). Un gol de oro de Mia Ordeig en la prórroga ha reeditado los cuartos de final, cuando también eliminaron al Liceo por el mismo procedimiento. Antes de llegar a la prórroga, Cristian Rodríguez ha adelantado por dos veces al Vic, que se ha visto igualado en ambas ocasiones con goles de Reinaldo Ventura (penalti) y Hélder Nunes.

Dureza local

A la hazaña del Vic ha seguido la cómoda clasificación (5-1) del Barça ante el emergente Braganze, localidad situada a apenas 20 kilómetros de Bassano, por lo que la grada estaba decantada claramente a favor de un equipo, dirigido desde el banquillo por el catalán Guillem Cabestany y en la pista por el exazulgrana Jordi Adroher, que ha resultado ser más duro que talentoso. El Barça ha cimentado su triunfo con dos goles en la recta final de la primera parte, de Pablo Álvarez y Sergi Panadero, cuando el equipo jugaba en inferioridad por expulsión de Reinaldo García. Álvarez, Adroher (en propia meta) y Xavi Barroso han sentenciado, y Cacau ha marcado el gol fantasma del honor, que no ha entrado realmente en la portería de un espectacular Sergi Fernández.