LA LIGA DE CAMPEONES DE BALONMANO

El Barça busca magia para remontar al Kiel

«El Palau nos ayudará, pero el trabajo lo tiene que hacer el equipo», avisa Pascual

Xavi Pascual, entrenador azulgrana de balonmano, atiende a la prensa.

Xavi Pascual, entrenador azulgrana de balonmano, atiende a la prensa. / periodico

JOAN CARLES ARMENGOL / BARCELONA

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La remontada está servida. El equipo de balonmano del Barça debe enjugar este sábado como mínimo los cinco goles de desventaja de la ida en Alemania ante el THW Kiel (29-24) para entrar por sexta vez en siete años en la final four de Coloniafinal four  (28 y 29 de mayo). Para ello, Xavi Pascual y sus hombres cuentan con la tan socorrida magia del Palau, pero están convencidos de que deberán encontrar también otro tipo de magia, la del buen juego del equipo, para consumar la eliminación del equipo alemán y volver a estar entre los cuatro mejores en la Liga de Campeones.

«La gente nos tiene que ayudar, y el Palau nos ayudará, pero el trabajo lo tiene que hacer el equipo. Debemos jugar mejor que el otro día en Kiel porque, si no, no pasaremos». Así de claro se expresa Xavi Pascual, Pasqui, en las horas previas a otro partido de alto voltaje en el viejo pero emblemático pabellón azulgrana. El Barça, con su público detrás, ha materializado varias remontadas en los últimos años, pero también ha fallado. La última, en el 2012 ante el Copenhague, cuando fue imposible enjugar seis goles de desventaja.

CINCO O SEIS GOLES

Esa diferencia será probablemente la misma que el Barça deberá forjar esta tarde (18.30 horas, Esport 3), puesto que es posible que el THW Kiel anote más de los 24 goles que el equipo azulgrana fue capaz de marcar el pasado domingo, con lo que el Barça deberá ganar de seis para evitar el mayor valor de los goles a domicilio.

«Somos un equipo que nos gusta correr e imprimir un ritmo alto de partido, por lo que es posible que haya más goles que en Kiel», asegura Víctor Tomás, el capitán. El extremo, como el resto de jugadores y técnicos, han tomado buena nota de las cosas que se hicieron mal en la ida (finalización, último pase, transiciones tanto de repliegue como en contraataque) para evitar caer en los mismos errores en el decisivo partido de este sábado.

Ellos pondrán su magia, sin duda, pero también esperan que un Palau repleto de incondicionales jueguen su particular partido. Este es el llamamiento de Tomás: «Queremos la grada a reventar, con un ambiente hostil hacia el Kiel y que presione a los árbitros, porque si nos dan un par de balones, bienvenidos serán. Los aficionados deben venir con la equipación azulgrana, si hace falta, para jugar el partido con nosotros».

«EL INFIERNO DEL SUR»

Pero Pascual, el entrenador, no quiere que toda esa puesta en escena distraiga a los jugadores de lo que tienen que hacer. «No puedo controlar el ambiente, ni a los árbitros, ni lo que haga el Kiel. Solo debo intentar que el equipo juegue bien. La magia del Palau será acojonante, de eso no se puede dudar, pero si nosotros no hacemos bien nuestro trabajo, no habrá nada que hacer».

Pero, de la misma manera que Pasqui no duda del Palau, tampoco lo hace de sus jugadores. «No dudo nunca de mi equipo y apuesto a que pasaremos. El equipo saldrá al 2.000 por cien y se dejará la vida en la pista. ¿Alguien puede dudar de eso? En este equipo, la actitud no se negocia. Nos puede faltar acierto, como el otro día en Kiel, pero nos los dejamos todo en la pista», arenga el técnico, que lanza un último ruego: «Si venimos del infierno del Norte, espero que este sea el infierno del Sur».