PROYECTO SOLIDARIO

Un balón contra el drama

La entrenadora Patricia Campos combate las miserias de los niños y mujeres con sida en Uganda gracias al fútbol

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RAÚL PANIAGUA / BARCELONA

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Siempre quiso ser futbolista. Desde muy pequeña, el balón era su pasión. Mientras sus amigas jugaban a ser madres con las muñecas,  ella disfrutaba con sus hermanos marcando goles. Patricia Campos Doménech (Onda, 1977) empezó a jugar con los chicos de su pueblo hasta que el caprichoso reglamento machista se lo impidió. Su pasión jamás se frenó y acabó convirtiéndose en la primera entrenadora española de la Liga de EEUU. Ahora también disfruta como voluntaria en Uganda, un país lleno de desigualdades donde hace lo que más le llena: unir a niños y niñas gracias al balón. Su labor es admirable.

Patricia siempre ha sido una pionera. Lo fue para convertirse en la primera mujer en pilotar un reactor del Ejército español y también para viajar hasta California y conseguir el título de entrenadora que le permitió dirigir al Carslbad United.

DE EEUU A ÁFRICA

El balón le acompaña en su vida. En la base militar de Rota (Cádiz) jugó en un equipo con chicas estadounidenses y surgió la idea de viajar a San Diego para iniciar su carrera en los banquillos sin dejar su vena solidaria. En su tierra ya realizó trabajos de voluntariado, pero quería algo más serio. En su búsqueda, topó con la ONG Soccer Without Borders, que buscaba ayuda en Uganda

"Los salvajes me gritaban 'mzungu, you’re a man' (blanca, tú eres un hombre). Me arriesgaba a que me mataran o me tiraran ácido en la cara. Entendí que la vida no tiene valor allí"

A principios del 2015 tuvo lugar su primera incursión en un lugar donde encontraría auténticas salvajadas. "Las mujeres son de segunda categoría en Uganda, se prostituye a las niñas, se practica la ablación... He visto cosas que jamás podría imaginar que pudieran suceder", cuenta Patricia en una extensa charla telefónica con este diario. En Kajjansi, una aldea perdida a 60 kilómetros de la capital Kampala, se encontró un drama

Campos de tierra y piedras, porterías destartaladas, balones hechos con bolsas de plástico y telas... Y toda la miseria posible. Estuvo un año completo en su primera visita. Luego hubo dos más, la última durante el mes pasado. Allí da clases de español y monta equipos de fútbol para los niños, niñas y mujeres con sida.

PURA SUPERVIVENCIA

Nunca ha tenido facilidades y ha pasado miedo. Temió ser violada, le robaron e intentaron secuestrarla. La mujer blanca no está bien vista en África. Ni siquiera la negra. "Los salvajes me gritaban 'mzungu, you’re a man' (blanca, tú eres un hombre). Me arriesgaba a que me mataran o me tiraran ácido en la cara. Entendí que la vida no tiene valor allí. Es pura supervivencia: o tú o ellos".

"Lo peor es cuando a los ugandeses les gusta una mujer pero ella no está interesada. Entonces la llevan a casa, la encierran, se acuestan con ella y la retienen hasta que la mujer accede a casarse con ellos"

El primer impacto lo recibió justo en su estreno en la escuela, cuando vio que las niñas tenían que arrodillarse ante los profesores cuando se dirigían a ellos. "Es un signo de respeto hacia los hombres", le justificaron. Así empezó a conocer el catálogo de tradiciones de un país repleto de abusos.

"Lo peor es cuando a los ugandeses les gusta una mujer pero ella no está interesada. Entonces la llevan a casa, la encierran, se acuestan con ella y la retienen hasta que la mujer accede a casarse con ellos". Lo que en el mundo civilizado sería considerado un secuestro violación se ve allí como un "paso previo al matrimonio". 

ABLACIÓN CON CUCHILLOS

Patricia también ha comprobado cómo se sigue practicando la ablación (extirpación del clítoris) pese a estar prohibida por el gobierno ugandés desde el 2009. Consideran que de ese modo se reducirá la promiscuidad de las mujeres casadas. Además, el ritual lo llevan a cabo "ancianas con un equipo rudimentario compuesto por metales afilados y cuchillos".

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En su último viaje la cooperante fue todavía más allá y visitó la isla de Zinga, el sitio más peligroso de Uganda. "Están como 2.000 años atrás. Solo con pisar la isla temí por mi vida. Un señor de 40 años violó a una niña de 3, las chicas con 8 años se venden por pescado, los hombres se acuestan con niñas a partir de los 10 años sin problemas, a los niños les pintan los labios para prostituirlos… Es lo peor de lo peor".

La sociedad ugandesa no concibe que las mujeres puedan jugar a fútbol, algo contra lo que siempre se ha revelado Patricia. "Cuando empecé le dije a los niños que o jugaban con las niñas o no jugaban. Conmigo ya saben que si no están juntos no hay partido".

Las supersticiones son tremendas y todo lo justifican por sus creencias culturales. A los gays, por ejemplo, "los matan o los queman sus propios vecinos y viven en piso s clandestinos que pagan las ONG americanas".

54 TRIBUS, 54 IDIOMAS

Tampoco ven necesario que los niños vayan a las escuelas. Las amenazas son continuas. Desde que la voluntaria inició su trabajo, ha sufrido muchas bajas. Ella ve en el fútbol el elemento ideal para transmitir valores y unir a personas divididas en 54 tribus, cada una de ellas con su idioma. "Deseo que se respeten, que se traten como iguales, pero es difícil. Es un país muy corrupto con enormes carencias".

En esa convivencia se ha encontrado con otro drama importante: el alto índice de sida, una enfermedad que discrimina por completo en Uganda, especialmente a las mujeres. Esas angustias se ven recompensadas por el "enorme cariño" que le devuelven por su ayuda. "Son personas muy agradecidas. Muchas son huérfanas y nadie se ha interesado por ellas nunca. Tu les das apoyo y lo recibes".

CONTACTOS CON EL BARÇA

Su excelente labor fue galardonada con el Premio Miki Roqué, el exjugador del Betis fallecido por un cáncer a los 23 años. "Patricia es un claro ejemplo de pundonor y esfuerzo para conseguir lo que quería. Esta energía le ha llevado a cotas muy altas, pero lejos de vanagloriarse, ha elegido vivir junto a aquellos que más lo necesitan, transmitiendo ilusión", aseguró Jacomar Bolaños, presidente de la Asociación Paz desde el Deporte en la entrega del galardón.

Una de las obsesiones de Patricia es lograr el mayor equipamiento posible para sus niños. Necesita medicamentos, material escolar y deportivo. El Villarreal, el Castellón y el Onda le han dado ropa. Ahora desea que el Barça le eche una mano. 

El pasado verano coincidió con Robert Fernández, el director deportivo azulgrana, en un partido de la promoción del Castellón. "Hablamos y le expliqué mi proyecto. Ojalá tengan tiempo y nos puedan mandar al menos unos equipajes. Sería genial. A los niños les haría muchísima ilusión. En Uganda se sigue bastante la Premier porque fue colonia británica, pero también al Barça Madrid".

Recién llegada de UgandaPatricia reside ahora en Hawai, donde trabaja por las mañanas en el departamento de finanzas de la universidad y por la tarde sigue entrenando. En el Pacífico vive otra realidad. "Es otro mundo. Aunque a mucha gente le extrañe, me gusta más África. Aquí es puro capitalismo. Y con Trump será peor, pero hay que ganarse la vida".

POTENCIA EN EL 'SOCCER'

En EEUU ha podido comprobar el respeto que existe hacia las mujeres en el deporte. Las norteamericanas son un potencia del 'soccer', que atrae a más chicas que hombres. "Las mujeres son muy reconocidas aquí, el márketing es diferente. También los valores. Por ejemplo, un árbitro puede echar a un aficionado si ve cualquier actitud antideportiva". La gallega Vero Boquete, por ejemplo, pasó por EEUU tras dejar el Espanyol. Ahora juega en el París Saint Germain.

"España es un país machista. El fútbol es de hombres y las mujeres no tenemos ni idea. Espero que cambie algún día ese pensamiento, pero nuestros hijos no lo verán. Quizá nuestros bisnietos y con suerte"

En España es casi imposible vivir del fútbol. Falta repercusión mediática, implicación empresarial y respeto. "Es un país machista. El fútbol es de hombres y las mujeres no tenemos ni idea. Espero que cambie algún día ese pensamiento, pero nuestros hijos no lo verán. Quizá nuestros bisnietos y con suerte", reflexiona  la entrenadora, que desearía volver a su tierra, pero sabe que allí lo tiene crudo para sentarse en un banquillo. 

"IGUALDAD REAL, NO LEGAL"

A su cabeza le viene el ejemplo del Valencia, que fichó en su día a Gary Neville con cero experiencia. "¿Por qué no puede ser una mujer la entrenadora de un gran equipo? Si eso sucediera, que nunca pasará, nos echarían a la primera derrota". Patricia, admiradora de Pep Guardiola, exige más puestos de responsabilidad para la mujer, "una igualdad real y no legal" en todos los ámbitos.

En Hawai, mientras, sigue jugando al fútbol, como lo hacía de niña en su pueblo. Forma parte de tres equipos y disfruta de cada gol como si fuera el último. "Es lo que más me gusta, el balón". La pelota y sus niños. "Volveré a Uganda en cuanto pueda. Queda mucho por hacer", remata. 

{"zeta-legacy-despiece-horizontal":{"title":"La primera mujer\u00a0en pilotar un reactor del Ej\u00e9rcito espa\u00f1ol","text":"Transport\u00f3 en sus vuelos a personalidades importantes, pero tambi\u00e9n vivi\u00f3 la cara amarga del machismo. El hecho de ser lesbiana le acab\u00f3 acarreando muchos problemas. Harta de comentarios machistas y hom\u00f3fobos, acab\u00f3 dando un giro. Tras ocho a\u00f1os de servicio, pidi\u00f3 una excedencia para viajar a EEUU y comenzar su carrera de entrenadora. De vez en cuando mata el gusanillo de volar alquilando alguna avioneta en Am\u00e9rica."}}