Argentina confía en recuperar hoy al mejor Messi ante Paraguay

Argentina se mide hoy otra vez con Paraguay en las semifinales de la Copa América y si bien todo parece posible, y más después de la lastimosa despedida de Brasil del certamen, el equipo de Leo Messi y Javier Mascherano llega a la ciudad chilena de Concepción como favorito. Los blanquicelestes, señaló Walter Vargas, columnista del diario deportivo Olé, disponen «de la materia prima más lujosa». Además, tienen un hambre voraz de campeón. Pero para pasar a la final, señala, no debe volver a cometer los errores del debut, cuando le ganaba 2-0 a Paraguay y la anunciada goleada concluyó en el minuto final con un empate.

El conjunto de Tata Martino debe aprender la lección de «no subestimar a un adversario con inventiva escasa, pero con dignidad abundante». A la vez, añade Vargas, Argentina debe ratificar la mejoría que mostró contra Colombia, cuando no debió haber definido el partido por penaltis. Todos esperan que Leo vuelva a su «normalidad» goleadora.

En Argentina hay otra inquietud, y no es estrictamente futbolística: tiene que ver con los arbitrajes y la tolerancia al juego fuerte. En el partido anterior, el mexicano Roberto García Orozco amonestó a Messi y al Kun Agüero cuando, cansados de recibir tantas patadas, dieron señales de su malestar. «Esto es América y acá se juega así», aleccionó Orozco al astro del Barca. «Así» quiere decir al límite del reglamento, o más allá.

MIEDO A LAS LESIONES / Juan Manuel Ponce, quien como jugador compartió selección con Martino en los 80, teme que a Messi le «rompan un tobillo». Los paraguayos no suelen jugar entre algodones. A Martino y su entorno le provocó algo más que sorpresa que la Conmebol designara al brasileño Sandro Ricci como árbitro. Es el mismo juez que no vio o no quiso ver cuando el chileno Gonzalo Jara le metió el dedo en el culo a Edison Cavani y terminó expulsando al uruguayo. Messi y Mascherano, además, están amonestados. Si ven una amarilla se perderían la final.