La apuesta Douglas

Douglas saluda en la ciudad deportiva del Sao Paulo.

Douglas saluda en la ciudad deportiva del Sao Paulo.

MARCOS LÓPEZ
BARCELONA

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Hasta él mismo se quedó sorprendido. Asombrado. «Fue un gran shock  saber que el Barça estaba interesado en mí», confesó ayer Douglas Pereira dos Santos, 24 años, lateral derecho brasileño del Sao Paulo, nacido en Monte Alegre (Goiás), la región centro-oeste del país. La última pieza que le faltaba, según sostenía Luis Enrique, al Barça para completar su plantilla 2014-15. Y, de paso, el Barça15-16 si el TAS (Tribunal de Arbitraje Deportivo) no perdona la sanción que impuso la FIFA al club azulgrana hasta el 1 de enero del 2016 por irregularidades en el fichaje de jóvenes para La Masia. Con Douglas, el Barça hace una apuesta. Toma un riesgo al fichar a un jugador que no es ni internacional con Brasil -Scolari prefirió antes a Alves (31 años) y Maicon (33)-, pero se trata de un riesgo controlado.

Última pieza y la más barata

Es controlado porque en el peor de los casos el Barça habrá invertido 5,5 millones (el 60% para el Sao Paulo, el 40% restante para la empresa Traffic). Todo para tener un lateral con alma de delantero, potente, que le sirve al técnico para superpoblar la estructura defensiva de la banda derecha. Ahí anda Alves y su futuro incierto. Ahí está también Montoya (23 años), renovado en marzo hasta el 2018. Y ahí llega Douglas, sin olvidar al polivalente Adriano -ayer recibió el alta médica tras estar seis semanas de baja por un problema cardiaco- capaz de moverse con eficacia por los dos alas de la zaga.

Con Douglas, el sexto lateral brasileño que llega al Camp Nou en la última década tras Belletti (Villarreal), Sylvinho (Celta), Alves y Adriano (Sevilla) y Maxwell (Inter), el Barça prueba una fórmula que ya intentó con Afellay. O sea, jugadores de bajo coste -pagó 3 millones al PSV Eindhoven-, aunque en el caso del holandés (cedido ahora al Olympiacos) le salió mal porque fue perseguido por las lesiones. Es la última pieza de la reconstrucción de la plantilla -el noveno fichaje- y, además, el más barato. Douglas llega sin nombre y entre recelos porque su paso por el Sao Paulo, uno de los grandes de Brasil, fue irregular.

«Las críticas me han hecho madurar mucho», dijo en una carta de despedida a los aficionados del Sao Paulo, «un club que llevaré siempre en mi corazón». Llega mañana la apuesta Douglas a Barcelona, firmará hasta el 2019 sin haber pisado antes el fútbol europeo, algo que sus compatriotas que desfilaron por el Camp Nou sí habían hecho antes. Llega este lateral a un paisaje táctico radicalmente nuevo -llegó a jugar incluso de volante y extremo en Brasil-, al que Luis Enrique deberá amoldar.