14 años con Messi

Hace 14 años aparecía un niño argentino, pequeño, de apenas 13 años, en el Barcelona. Llegaba de Rosario, desengañado porque ningún club de su ciudad (ni Newell's ni Rosario Central) habían estado dispuestos a asumir el coste de un tratamiento médico para estimular su crecimiento. De lo pequeño que era, nadie creía en sus posibilidades futbolísticas. Hoy, 14 años más tarde, ese niño tiene cuatro Balones de Oro consecutivos (2009, 2010, 2011 y 2012), tres de las cuatro Champions que ha conquistado el Barcelona a lo largo de su historia (2006, 2009 y 2011), además de haberse convertido en uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol. Llegó Messi al Barcelona en el 2000, en la época de Joan Gaspart como presidente del club, debutó en el 2004 con Frank Rijkaard como entrenador, y desde entonces ha emprendido un inacabable viaje hacia la leyenda.

Transformado ahora en uno de los iconos del mejor Barça de la historia, el de Guardiola que logró seis títulos de seis en el perfecto 2009, Messi, tras perder la final del último Mundial contra Alemania, ha recuperado la chispa de la mano de Luis Enrique, el quinto entrenador que tiene desde que debutó en un derbi contra el Espanyol hace ya una década. Rijkaard le abrió la puerta, Guardiola lo encumbró al cambiarle de posición ubicándolo como falso delantero centro; Tito apenas lo pudo disfrutar, con aquel imborrable recuerdo de cuando coincidieron ambos en el cadete; Tata Martino no supo hallarle el sitio, y ahora Luis Enrique busca crear un ecosistema táctico adecuado para que Messi vuelva a ser Messi.

Su inmediato reto es alcanzar los 400 goles en su carrera profesional. Le quedan solo dos tantos. Lleva 356 tantos oficiales con el Barcelona entre Liga, Champions, Supercopa de España y de Europa, además del Mundial de clubs y otros 42 ha logrado con la selección argentina repartidos entre Mundial, Copa América, partidos de eliminatorias y amistosos. Todo con solo 27 años.