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Ancelotti se queda sin red

Carlo Ancelotti, durante el partido contra el Villarreal en el Bernabéu

Carlo Ancelotti, durante el partido contra el Villarreal en el Bernabéu / periodico

ANTONIO MERINO / MADRID

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Carlo Ancelotti vuelve a cotizar a la baja y su crédito empieza a caer en picado justo al inicio del tramo decisivo de la temporada. La irregularidad en el juego del equipo, el pinchazo ante el Villarreal, la permisividad con las salidas de los jugadores, la visita del sábado a San Mamés y la cercanía del clásico traen de cabeza a la directiva del club blanco, que ha vuelto a apuntar hacia la figura del técnico italiano, a quien el público del Bernabéu le ha tomado también la matrícula.

Unas horas después de que José Mourinho le diera al Chelsea un título después de tres años de espera, el sucesor del técnico portugués en el banquillo blanco escuchaba una ceremonia de silbidos antes, durante y después del empate contra el Villarreal. De todo eso tomó buena nota Florentino Pérez, que vuelve a tener a Ancelotti en su punto de mira. Ya lo tuvo en mayo, pero dos minutos antes de que el presidente del Madrid bajara su dedo índice llegó el tanto milagroso de Sergio Ramos en la final de Champions de Lisboa ante el Atlético.

ZIDANE, EN LA RECÁMARA / Nueve meses después, el técnico italiano vuelve a estar cuestionado por la irregularidad en el juego de un equipo que no perdía puntos en el Bernabéu desde la derrota ante el Atlético en septiembre, ese Madrid del que algunos decían a finales del pasado año que era el mejor de la historia.

Florentino es consciente de que ha puesto en manos de Ancelotti la mejor plantilla posible y le exige resultados. Eso se traduce en que si no logra la Liga o la Champions, el entrenador italiano tiene todas las papeletas para dejar el equipo. Al presidente del Madrid no le temblaría el pulso para agradecerle los servicios prestados y ascender a Zidane del Castilla al primer equipo.

Con Ancelotti, el juego del equipo es tan directo como previsible. Tiene muchos problemas para elaborar en el centro del campo por el bajón de Kroos y la ausencia de Modric, del que Lucas Silva está a años luz. Arriba, a la espera de que luzca Benzema, todo el peso recae en Cristiano porque Bale sigue más cerca del atleta de 200 metros que de un jugador con peso en el equipo. Todo eso lo admite un técnico que recela de las rotaciones y que vive con 12 o 13 jugadores, cuyo cansancio físico y mental se nota en el campo por mucho que tanto él como los jugadores se empeñen en negarlo.

ENFADO POR LA CENA / Algunos futbolistas se esfuerzan en minimizar el efecto del pinchazo ante el Villarreal. «Hay dos partidos antes del clásico y dependemos de nosotros. El choque en Bilbao será otra final», declaró Marcelo. Mientras, Kroos hablaba de la necesidad de tener «un buen equilibrio por el espíritu ofensivo del equipo», algo que le ha llevado a retrasar su posición.

A los problemas deportivos del Madrid se unen los de índole disciplinario. A Florentino no le hizo ninguna gracia ver el rosario de jugadores que salían de la cena del pasado jueves, la de una conjura que no dio resultado ante el Villarreal y que sí enfadó a los aficionados. Tanto en el palco como en la grada se comentó el error de Jesé a puerta vacía. Precisamente el jugador canario fue el último en abandonar el restaurante junto a Ramos cerca de las 5 de la mañana. Esas imágenes han sentado muy mal en la cúpula directiva, pero la anuencia de Ancelotti dando el visto bueno ha caído aún peor.

En la planta noble del Bernabéu tildan de blando a Ancelotti. También se lo recriminó el público antes del encuentro. Luego de los pitos se pasó a la bronca cuando cambió a Isco, «intocable», según el italiano. Fue la solución del técnico para salvar, al menos, un punto.