El reencuentro presidencial

Amigos para siempre

ANTONIO MERINO
MADRID

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Buenas caras y diplomacia a tope. Como si no hubiera pasado nada, Florentino Pérez y Sandro Rosell quisieron escenificar una tregua en la comida previa al clásico. De pronto, la tormenta desencadenada tras la lluvia de clásicos de la pasada campaña parecía haber remitido, aunque fuera de una forma artificial después de que el presidente del Barcelona estudiara la ruptura de relaciones con el club blanco. En nada ayudó a la pretendida paz la pancarta que se exhibió horas antes del encuentro en la que se podía leer:Tu dedo nos señala el camino, en alusión a la deplorable acción de Mourinho de meter el dedo en el ojo de Tito Vilanova, ayudante de Guardiola.

La comida de las directivas de Madrid y Barça en el salón Real del hotel Ritz volvió a estar revestida de cordialidad. Lo contrario hubiera sido echar un poco más de gasolina a un fuego que no cesa. Ambos presidentes se lanzaron piropos e intentaron desterrar cualquier indicio de que esa rivalidad traspase los límites futbolísticos.

Sin discrepancias

«Agua pasada no mueve molinos. No hay discrepancias, sino rivalidad sana que es muy buena para el fútbol. Florentino es una gran persona y un gran presidente, y con alguien así no puedes tener una mala relación», declaró Rosell. Como si de una reunión de Estado se tratara, Florentino no tardó en responder:«Nunca he discutido con Sandro. Tenemos buena relación y me gusta que demos ejemplo al mundo de saber alimentar esa rivalidad».

También hubo coincidencia en que el resultado del choque no dictaminará el desenlace de la Liga.«Ni se acaba el campeonato ni tampoco el mundo. Perder no va a perder nadie», reflexionaba Rosell.

Lo peor llegó cuando en el Bernabéu se colgó la pancarta dedicada al desdichado dedo de Mourinho, que ya se pudo ver en el trofeo Bernabéu y que ayer fue retirada a requerimiento del Barcelona. Toda una falta de sensibilidad en el día en el que Vilanova viajaba a Madrid con su equipo tras su delicada operación. Algo que celebraron ambos presidentes.«Moralmente hemos ganado el partido porque se ha incorporado Tito, una persona que queremos y que necesitamos mucho», dijo Rosell.